El mandatario rumano, Traian Basescu, revalidó su mandato en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada el domingo, según los resultados oficiales definitivos difundidos ayer. Basescu obtuvo el 50,33% de los votos, frente al 49,66% conseguido por su rival socialdemócrata Mircea Geoana, quien el domingo por la noche proclamó de forma ostensible su victoria. También lo hizo Basescu, aunque de forma más prudente, exhortando a sus seguidores a esperar «con toda confianza» los resultados oficiales.

El Partido Socialdemócrata de Rumanía (PSD) impugnará ante el Tribunal Constitucional los resultados electorales, según anunció Geoana, tras denunciar que se habían producido fraudes masivos. «No podemos permanecer impasibles cuando hay tantos indicios de dinero asignado a la compra de votos y de voto múltiple», señaló.

«Ante el gran número de votos anulados y actas modificadas por las oficinas electorales departamentales (...) nos vemos obligados a cuestionar el resultado de las elecciones», declaró un responsable del PSD, Liviu Dragnea, en rueda de prensa. «Nuestra convicción es que los rumanos eligieron a Geoana, pero que el aparato del Estado de Traian Basescu intenta presentar a éste como vencedor, de forma fraudulenta», añadió.

El domingo por la noche, tres de los cuatro sondeos realizados a pie de urna otorgaban a Geoana una ventaja de hasta tres puntos sobre Basescu.

La OSCE, que vigiló el desarrollo de las elecciones, aseguró que «en general se han respetado las normas», si bien admitió que se habían producido unas irregularidades que deben ser investigadas «urgentemente».

El Partido Demócrata Liberal (PDL) de Basescu anunció su intención de iniciar «rápidamente» negociaciones para formar Gobierno. La primera misión de Basescu será designar un primer ministro que sea aceptado por el Parlamento, controlado por una mayoría opositora formada por socialdemócratas, liberales y autonomistas húngaros.

El inicio de una batalla jurídica por parte del PSD para lograr un nuevo recuento podría complicar la rápida formación del Gobierno. Esa iniciativa socialdemócrata retrasaría aún más la entrega de préstamos a Rumanía por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), que está condicionada a la formación de un nuevo Ejecutivo y a la aprobación de un presupuesto de rigor para 2010.

Rumanía tiene un Gobierno interino desde octubre, cuando una moción de censura derribó al Ejecutivo de centroderecha.