Gloria Rekarte ex presa política
Ctrl+C, Ctrl+V
Haberlo lo hubo. Lo dice la RAE en la sexta de las acepciones recogidas para explicar el palabro. «Atentado: m.p.us. Procedimiento abusivo de cualquier autoridad». Salvo en el caso, pues, de que la RAE mienta o sea susceptible de pertenencia al entorno, lo ocurrido en Leitza fue un atentado y se equivocan de plano quienes digan lo contrario. Lo único torcido en el asunto es que quien primero fue víctima en breve se quedó en autor. Y ahí murieron las condenas y solidaridades que con la celeridad y unitariedad que les caracteriza habían ocupado las primeras horas del día y se disponían a ser protagonistas de todas las demás. Que es de imaginarse al personal de despachos y redacciones, sudoroso y presuroso, en una vorágine de abrir archivo, ctrl+c, ctrl+v, enviar archivo. Y qué alegría, porque no es de imaginarse, sino de verlas, que bien se vieron, las ganas que tenían de poder culpar, criminalizar, descalificar, deslegitimar. Pero qué alegría: ya lo tenían: las añagazas de Batasuna. Y de pronto, qué cosas, de la vorágine al silencio. De pronto, nada. Ni culpable, ni autoría, ni acto condenable, ni repulsa... y lo peor: que añagazas sí, pero no de Batasuna. Ya no había nada. Ni un triste ctrl+c, ctrl+v, que echarse a los titulares. Sólo un eliminar archivo para los tiros que seguían siendo tiros, las balas que seguían siendo balas, y las añagazas que lo eran más que nunca. Adiós festín, ya no quedaba nada. Sólo silencio. Y ese miedo a la solución, ese miedo a la paz que transpiran; ese miedo que les muestra dispuestos a todo con tal de evitarlas. Y esa puñetera costumbre de quedarse con el culo al aire y pretender que no se lo hayamos visto