«Esto es una victoria para el derecho internacional, para los derechos humanos, para la justicia internacional y para la causa saharaui». Estas fueron las palabras que la activista saharaui Aminatu Haidar dirigió a los medios de comunicación cuando abandonó el hospital de Arrecife camino del aeropuerto de Lanzarote, desde donde el avión militar que la trasladó a su casa, a El Aaiún, partió unos minutos antes de las 23.30 (hora de Euskal Herria».

El mismo día en que Haidar cumplía 33 días en huelga de hambre, se cumplió su deseo de volver a la capital del Sahara Occidental, de donde fue expulsada el 14 de noviembre por las autoridades marroquíes, que le retiraron su pasaporte y le enviaron a Lanzarote cuando regresaba de EEUU de recoger un premio de derechos humanos.

Haidar, que fue trasladada desde el hospital en una ambulancia escoltada por efectivos de la Policía española, manifestó a los medios de comunicación que si en esta ocasión ocurría lo que pasó hace dos semanas, cuando fue embarcada en un avión al que no se permitió despegar, ella no desembarcaría y continuaría allí su ayuno.

Estaba previsto que el avión fletado por el Gobierno español llegara a El Aaiún pasadas las 23.00 (hora canaria), si no se producían contratiempos. La propia activista manifestó que lo primero que haría al llegar a su tierra sería abrazar a su madres y a sus dos hijos e insistió en que no interrumpirá su ayuno hasta llegar a su casa.

El despegue del avión con Aminatu Haidar desencadenó escenas de júbilo entre unos 300 simpatizantes de la activista y de la causa saharaui y entre el propio colectivo de la isla que se había congregado en el aeropuerto, mientras las mujeres festejaban el desenlace con su tradicional tzakrit (el grito de celebra- ción de las mujeres saharauis).

Haidar vuelve a su casa pero sin pasaporte español o marroquí, sino únicamente con un salvoconducto del Gobierno español y el visto bueno de Marruecos para su entrada al país, momento en el que se será devuelta su documentación, según fuentes de la Plataforma de Apoyo a Aminetu.

No se sabe las condiciones del acuerdo que ha permitido finalmente el regreso de la activista saharaui, ya que se anunció que Madrid y París sacarían un comunicado conjunto cuando Haidar estuviera ya en casa, pero nada más despegar su avión ambos gobierno difundieron el suyo propio. Madrid pedía a Rabat que recibiera a Haidar y señalaba mientras se resuelve el contencioso con el Sahara es «la ley marroquí la que se aplica» en ese territorio. En el mismo sentido, París reiteró su apoyo al plan de autonomía para el Sahara que defiende Marruecos y señaló que, a la espera de una solución política, es la ley marroquí la que se aplica allí. Además, indicó que Mohamed VI había aceptado la petición gala de devolver el pasaporte a Haidar.

Casi 24 horas antes de que la activista saharaui abandonara Lanzarote, Haidar fue trasladada en ambulancia al hospital para ser atendida, por voluntad propia, de la deshidratación y los dolores de estómago que sufría a causa de los continuos vómitos como consecuencia de la prolongada huelga de hambre. Su ingreso en la UVI precipitó las presiones diplomáticas de EEUU y los estados español y francés sobre Marruecos que sirvieron para que Rabat modificara su actitud.

Durante la mañana de ayer, el Parlamento europeo decidió retirar, por petición expresa de Marruecos, la resolución que iba a adoptar para exigir a Marruecos que permitiera el regreso de Aminatu Haidar a El Aaiún. El debate fue cancelado con el apoyo de los principales grupos de la Eurocámara con el pretexto de no interferir en las negociaciones diplomáticas.

El Frente Polisario acusó al Gobierno español de actuar en «connivencia» con Marruecos respecto la situación de los derechos humanos en el Sahara Occidental y aseguró que la decisión del Parlamento Europeo respondía a presiones de Madrid.