Una veintena de representantes de la izquierda abertzale se concentraron ayer por la mañana en Bilbo frente al Consulado turco. Tras una pancarta en la que se podía leer «Ilegalizaziorik ez! Eskubide guztiak guztientzat» y con panfletos en los que reclamaban democracia para Euskal Herria y Kurdistán, la izquierda independentista vasca protestó por la ilegalización del Partido de la Sociedad Democrática (DTP) la semana pasada.

El Tribunal Constitucional de Turquía prohibió que el DTP pueda realizar ninguna actividad política durante los próximos años y, según justificó el presidente del tribunal, Hasim Kilic, en la sentencia tuvieron en cuenta la decisión adoptada por el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que avaló la ilegalización de Batasuna.

El histórico militante abertzale, Tasio Erkizia, criticó en las declaraciones realizadas ante el consulado que «al igual que el Estado español, el Estado turco está más interesado en una confrontación armada que en una confrontación democrática de ideas y proyectos».

La izquierda abertzale entregó un escrito a la atención de la cónsul honorario de Turquía en Bilbo, Carmen Uriarte Martínez, en la que expresaba su «más enérgica protesta» por la reciente ilegalización del partido kurdo DTP.

Carácter «antidemocrático»

Según denunció Erkizia, la decisión de declarar ilegal esta formación demuestra que el Estado turco «no está interesado en una solución dialogada del conflicto». El portavoz independentista recordó que en los últimos meses el movimiento kurdo y sus representantes políticos «han dado claros pasos para favorecer un proceso de diálogo y negociación».

En este sentido, mencionó que la guerrilla del PKK declaró un alto el fuego el pasado mes de marzo y el líder kurdo Abdulah Öcalan, que se encuentra en prisión desde hace años, redactó una hoja de ruta en la que se esbozarían los pasos hacia una paz duradera. Asimismo, señaló que el DTP «ha impulsado y favorecido» estos pasos que buscan una solución democrática del conflicto en Kurdistán.

Sin embargo, criticó que, frente a estos movimientos, la respuesta del Estado turco es «muy desalentadora» y demuestra su carácter «antidemocrático».

En el escrito dirigido a la cónsul honoraria de Turquía se denuncia que «más allá de alguna esperanzadora declaración pública, los hechos no dejan lugar a dudas», puesto que «cientos de cargos electos del DTP han sido detenidos, se ha secuestrado y ocultado la hoja de ruta para la paz propuesta por Öcalan, se ha continuado con las operaciones militares y se ha negado el diálogo político».

La izquierda abertzale entiende que la última ilegalización de un partido kurdo supone «un salvaje ataque a los derechos civiles y políticos» y considera que «todo conflicto político tiene que resolverse mediante el diálogo que debe realizarse en igualdad de condiciones», como ha remarcado siempre al referirse a la situación política en Euskal Herria.

En la nota se exige también que «los derechos fundamentales de los kurdos deben ser respetados y que se aparquen definitivamente las vías represivas que tanto dolor y sufrimiento provocan». «El Estado turco ha llevado a cabo durante años una política de aniquilación de la nación kurda que ha provocado miles de muertos», censuran.