Las fuerzas iraníes tomaron ayer un pozo petrolífero en el sur de Irak, en un sector disputado de la frontera entre los dos países, indicó a France-Presse un portavoz militar estadounidense.

«El incidente se desarrolló sin violencia y esperamos que se resuelva de manera pacífica entre Irak e Irán», declaró este oficial desde el campo estadounidense de Adder, cerca de la ciudad de Nassiriyah.

«Cada dos o tres meses, empleados del Ministerio iraquí del Petróleo acuden a estos pozos para reparar bombas u ocuparse del mantenimiento y despliegan la bandera iraquí. Pasan allí algún tiempo y cuando han acabado su labor se marchan», explicó el coronel Peter Newell, comandante de la Cuarta Brigada de la Primera División Blindada, con base en el campo Adder. «Cuando se fueron, los iraníes bajaron de una colina y colocaron la bandera iraní. Eso pasó también hace tres meses y volverá a pasar», añadió el coronel Newell.

Según explicó, el pozo se encuentra a 500 metros de la frontera y a un kilómetro de un fuerte iraquí. Este territorio se encuentra en zona iraquí según el acuerdo de armisticio entre los dos países tras la guerra de 1980-1988, pero anteriormente perteneció a Irán. Otros cinco campos petrolíferos se encuentran en la misma situación.

El Comité Ministerial de Seguridad Nacional iraquí, presidido por el primer ministro, Nuri al-Maliki, se reunió ayer, según indicó a la televisión pública Al-Iraqiyah, con el secretario de Estado de Seguridad Nacional, Chiruan al-Waili.

Esta instancia reúne a los ministros de Defensa, de Interior, de Exteriores, de Justicia y de Finanzas.

El Gobierno iraquí decidió recientemente entregar la explotación del petróleo a compañías extranjeras.

Un responsable de la Compañía de Petróleo del Sur (SOC) en Amara confirmó que fuerzas iraníes llegaron al campo petrolífero de Fauqa ayer a primera hora. Se estima que las reservas de este campo son de 1,55 millones de barriles.

Bagdad acusó a su vecino de haber disparado contra los trabajadores que estaban en este campo petrolífero, algo que desde Teherán se niega de manera categórica.