Iñaki IRIONDO

No será fácil encontrar en el mundo un caso igual. No habrá otro gobierno surgido de un proceso electoral (no diremos democrático) que genere mayor desconfianza entre sus administrados. Y menos aún si se tiene en cuenta que el director del estudio ha sido compañero de partido del líder examinado e incluso dirigentes del mismo.

Cuando en mayo se conocieron los datos del primer Euskobarómetro con el PSE ocupando Ajuria Enea, las cifras cayeron como un jarro de agua fría entre los nuevos gobernantes. Nada menos que un 65% de los encuestados mostraba poca o ninguna confianza en el Gabinete de López y el 61% estaba en desacuerdo con el pacto firmado por el PSE con el PP.

Patxi López dijo entonces que los datos se debían a que la sociedad «aun no ha tenido tiempo de valorar al nuevo Gobierno» y aseguró que «con el paso de los meses, esos datos mejorarán muchísimo». La apelación a que la encuesta estaba realizada nada más tomar posesión del cargo y a que en cuanto les conocieran y vieran como gobernaban su aceptación iría creciendo, se convirtió en consigna para repetir por todos los consejeros y dirigentes del PSE.

Y pasó el tiempo...

Tal y como pedían, el tiempo ha pasado y ya se van conociendo los trabajos del nuevo Gobierno. Y el argumento se ha vuelto en contra del Ejecutivo de López con una crueldad casi extrema. Si en mayo el 65% desconfiaba de él, ahora, viendo cómo actúa, son ya el 71%. Si hace seis meses el 61% estaba en contra del pacto PSE-PP, en noviembre, conociendo los resultados que va dando, la cota se eleva al 65%.

Y ojo con la letra pequeña. La confianza en el Gobierno de los votantes del PSE es del 80%. Grande, pero un 3% menos que en mayo. Son los seguidores del PP los que han ido sintiéndose cada vez más a gusto con el nuevo ejecutivo. Ya son el 62% los que confían en él, un 20% más que hace medio año. También son los del PP los que más celebran el llamado «Pacto de Estabilidad» (81%), porque el entusiasmo no llega ni a la mitad de los votantes del PSE (47%).

Si en la encuesta anterior los malos resultados se debieron al desconocimiento de la ciudadanía, ahora la culpa es de que el estudio está mal planteado. El portavoz del PSE, José Antonio Pastor, dijo ayer que en el último Euskobarómetro no se han sometido a la consideración de los ciudadanos las distintas iniciativas de choque para hacer frente a la crisis, «que han tenido gran aceptación entre los vascos», ni los acuerdos a diversas bandas y con diversos partidos «que permiten la estabilidad presupuestaria en el con- junto de las instituciones». Y también ha influido negativamente la crisis, porque «no es igual comenzar un liderazgo en medio de una situación de bonanza económica que en una de severas restricciones».

La palabra de Idoia Mendia

Sin embargo, estas consideraciones sobre la crisis no pare- cían afectar al optimismo gubernamental hace apenas tres días. El miércoles la portavoz del Ejecutivo, Idoia Mendia, fue entrevistada en Onda Vasca. Se le planteó que «las encuestas que vamos conociendo dicen que este Gobierno Vasco no tiene una aceptación de la mayoría de la gente». La respuesta de la consejera de Justicia fue: «Patxi López ha subido muchísimo en los últimos meses, entre la última encuesta y la anterior se le nota que es el único líder que sube con respecto al resto».

Será en las encuestas que hace Lehendakaritza, porque en el Euskobarómetro la valoración de Patxi López ha caído del 4,3 con el que suspendía en mayo al 3,7 con el que suspende hoy.

Muy malas notas, en todo caso. Desconocidas en Europa salvo para gobiernos en fase terminal a punto de ser desalojados por las urnas. Hasta el propio Francisco José Llera -con años de oficio- se ha mostrado «sorprendido». «Lo normal hubiera sido un cambio de percepción por parte de los ciudadanos», intentó explicar. Cambio ya ha habido. A peor. Otra cosa es que a él eso no le guste.