Venganza sionista
Israel recrudece el castigo al hombre que destapó su arsenal atómico
Tel Aviv no perdona al trabajador de la central de Dimona que reveló a principios de 1986 que su país contaba con 200 cabezas nucleares. Tras ser detenido el lunes, el pacifista ha sido condenado a arresto domiciliario tan sólo por estar acompañado por una mujer noruega.
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
Mordejai Vanunu, el técnico que reveló en un periodico británico que Israel contaba con un arsenal atómico de unas 200 cabezas nucleares, fue detenido el lunes por violar su libertad condicional. El arresto se produjo por hallarse en compañía de una mujer noruega con la que mantiene una relación sentimental, según comentó su abogado, Avigdor Fieldan.
El Estado sionista le excarceló en 2004, pero le impuso dos prohibiciones: no puede abandonar el país ni hablar con extranjeros. Tras ser interrogado la noche del lunes al martes y durante la mañana de ayer, fue liberado bajo arresto domiciliario. La mujer noruega, cuya identidad no ha sido revelada, también fue detenida e interrogada.
El arresto del lunes supone un endurecimiento del castigo impuesto al pacifista que vive confinado en Jerusalén, repudiado por su familia, sin trabajo, y considerado por muchos de sus compatriotas como el gran traidor a su país. Vanunu sobrevive gracias a donaciones de ONG y fundaciones extranjeras que simpatizan con su causa.
Esta es la segunda detención por violar su libertad condicional desde 2004. La primera se tuvo lugar en 2007 después de que concediera una entrevista a la Red Voltaire, por la que fue condenado a otros seis meses de cárcel, una pena que continúa suspendia a día de hoy.
A pesar de esta condena, Vanunu volvió a conceder una entrevista, esta vez a GARA, a finales del pasado año. En ella expresaba su deseo de abandonar la cárcel en la que para él se ha convertido Jerusalén y denunciaba la política racista que el Gobierno israelí practica contra la población palestina. En aquella entrevista también declaró que Israel le utiliza «para asustar a los demás y conseguir que nadie hable mal» del Estado.
La excusa que esgrime Tel Aviv para mantener alejado a Vanunu de periodistas exranjeros es que todavía puede revelar secretos nucleares. Sin embargo, el pacifista sostiene que ya ha revelado todo cuanto sabe y agrega que abandonó su trabajo en Dimona en el año 1985.
La candidatura al nobel
Mordejai Vanunu había depositado los últimos años sus espernazas de libertad en Noruega, país en el que confiaba para obtener una segunda nacionalidad que le permitiera escapar finalmente de Israel. No obstante, a principios de año recibió una negativa formal a su petición. El pacifista israelí trató entonces de jugar su última baza y solicitó, por carta, que su nombre fuera retirado de la candidatura al Nobel de la Paz, en la que se le ha incluido de forma sistemática durante años.
En su carta de renuncia, afirmaba que no aceptará el galardón «mientras siga obligado a vivir en Israel»»y, además, expresaba su negativa a compartirlo con Shimon Peres, «el hombre que está detrás de la política atómica israelí».
Espectacular detención
Vanunu fue secuestrado por el Mossad en 1986, cuando se encontraba en Gran Bretaña, país al que había huido para revelar su información al periódico «Sunday Telegraph». Fue seducido por una espía israelí, conocida como Cindy, que le convenció para realizar juntos un viaje a Roma. Tras tomar el avión, el técnico y la espía se dirigieron a una casa que habían alquilado. Allí les esperaban más agentes israelíes, que lo redujeron y esposaron. Fue trasladado en avión hasta Tel Aviv, donde fue sometido a juicio y condenado a 18 años de cárcel.
La prensa conoció lo ocurrido gracias a una fotografía tomada cuando se dirigía al Tribunal. Vanunu había escrito su nombre y el lugar del arresto en la palma de su mano y la pegó contra la ventanilla del coche.
GARA es el último periódico al que Mordejai Vanunu concedió una entrevista a pesar de la prohibición impuesta por el Gobierno israelí y el riesgo de acabar de nuevo en la cárcel. El artículo puede encontrarse en la hemeroteca de la web www.gara.net.
Egipto ha paralizado la caravana solidaria con Gaza, en la que participan más de 1.400 activistas de 43 países, lo que ha desatado protestas pacíficas en las ciudades de El Cairo y Al-Arish. El boicot a esta iniciativa coincide, además, con la visita del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a El Cairo. Los voluntarios de la caravana estaban ayer divididos. Algunos habían conseguido llegar hasta la ciudad costera de Al-Arish, a unos cuarenta kilómetros del paso de Rafah, que une Egipto con Gaza, mientras que el grueso de la comitiva se encuentra retenido en la capital, a la espera de que el Gobierno dictatorial de Hosni Mubarak les conceda el permiso para continuar con su camino. Entre los miembros de la caravana se halla el diputado británico George Galloway, quien ya encabezó una iniciativa similar en marzo. En aquella ocasión, la caravana consiguió cruzar la frontera, pero la iniciativa dejó un regusto amargo, ya que sólo pudieron entrar los británicos y muchos palestinos que se agolpaban junto a la puerta no consiguieron cruzarla. Una de las personas que participan en la marcha es una judía de 86 años víctima del Holocausto, que ha iniciado una huelga de hambre, a la que se ha sumado una activista catalana. La marcha arrancó a iniciativa del grupo Code Pink, de EEUU, y a ella se unieron varios países europeos.