Resolución política o no-solución policial
Las declaraciones de Pérez Rubalcaba han generado multiples hipótesis sobre su intencionalidad. Gran parte de la clase política vasca ha considerado que el ministro de Interior español quiere influir en el debate de la izquierda abertzale. O que, directamente, lo que busca es sabotearlo. Es probable que así sea, pero quien conozca la trayectoria de la izquierda abertzale sabe que el resultado del debate no depende de Rubalcaba, sino del proyecto común que acuerde su base social. Lo que en todo caso evidencia Rubalcaba es que no le basta con abortar el debate de la izquierda abertzale si no es capaz de cortar sus parámetros políticos. Parámetros que cuentan con el respaldo mayoritario de la sociedad. Frente a la oferta de la izquierda abertzale para resolver el conflicto a través del diálogo y de un acuerdo inclusivo que garantice la viabilidad democrática de todos los proyectos políticos legítimos, Rubalcaba defiende la opción policial, es decir, la no-solución. Para ello arguye que se ha de elegir «entre bombas y votos» y que «se puede defender lo que se quiera, pero el único límite es que se utilice la palabra, no las pistolas». Pero, si tal y como él dice, la independencia es una opción legítima, ¿por qué mantenerla constitucionalmente sancionada y prohibida? Solución/ no solución. Democracia/ no democracia. Ese es, y no otro, el verdadero debate que pretende coartar Rubalcaba.