Un informe del Ararteko fue el primero en advertir de manera pública, ya en el año 2001, de este desequilibrio. Abogó entonces por remediar la tendencia de guetización que ya advertía. Pero parece que ésta no se invierte. Los centros educativos de titularidad pública en la CAV acogen al 65% de los alumnos de origen extranjero matriculados durante el curso académico 2009/2010 en los niveles de enseñanza no universitaria. Este porcentaje se eleva por encima del 70% en el caso del territorio histórico de Araba.

La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de la Escuela Pública Vasca compareció por el mismo motivo en el Parlamento de Gasteiz a mediados de 2006 para radiografiar la situación de la red de enseñanza pública de la CAV y, entre otras quejas, reiteró entonces ese peligro de guetización que se corría de centralizar a la población inmigrante en edad escolar en colegios públicos y de manera preferente con modelos que poco incentivan su aproximación al euskara. Además, insistieron entonces en que desde Educación no se estaba haciendo todo lo posible para evitarlo.

Los nuevos datos referidos al actual curso escolar vienen a reforzar esa idea de que si se avanza en revertir esa inercia se hace a pasos muy lentos. El número de alumnos extranjeros matriculados en los colegios e institutos actualmente asciende a un total de 20.269, de los cuales 13.259 cursan sus estudios en centros de titularidad pública (65,4%) y 7.010 lo hacen en instituciones de titularidad privada (34,6%), según los datos oficiales del Departamento de Educación.

Un análisis por territorios históricos revela por su parte diferencias importantes. Y es que la concentración de los estudiantes extranjeros en centros públicos alcanza el 71% en el territorio histórico de Araba, en el caso de Bizkaia el porcentaje se acerca a la media con un 67% y en Gipuzkoa baja hasta situarse sólo en el 57%. La diferencia entre Araba y Gipuzkoa es por lo tanto de casi catorce puntos porcentuales.

Modelos, reparto proporcional

El alumnado inmigrante se reparte casi de forma proporcional entre los tres modelos lingüísticos. Cerca del 35% elige el modelo D, íntegramente en euskera y con el castellano como asignatura, para cursar sus estudios, el 33% de los estudiantes se inclina por el modelo A, en castellano y con el euskera como asignatura, y el 30% por el modelo B, bilingüe.

Esta distribución varía en función de la titularidad del centro y, de esta forma, la preponderancia del modelo D es significativa en los colegios e institutos públicos (42%), mientras que el modelo B destaca como primera elección de los alumnos matriculados en centros privados (44%).

Las diferencias en el modelo A son menos significativas. Evidentemente, y como ocurre en todas las estadísticas sobre modelos lingüísticos, el alumnado inmigrante escoge el modelo D más en Gipuzkoa y menos en Araba, y la relación es la inversa en cuanto al modelo A.