Todos los sentidos se reúnen en el disco libro «Pintxatu»
Cincuenta páginas en papel de máxima calidad y diecinueve sugerentes canciones de medio mundo, forman la guía más atractiva fusionando la ilusión del estómago y los estímulos provenientes de una amplia selección de arrebatadores ritmos y melodías. Predominan los ritmos reggae que se combinan perfectamente con el sosegado disfrute que debe ser la comida. «Pintxatu» es arte, desde el pentagrama a las recetas, desde las fotografías a las ilustraciones.
A. ARRUTI - P. CABEZA | DONOSTIA
Delicioso y delicado pueden ser los adjetivos que describan el encuentro de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y el oído. Milagro que se alcanza con la selección musical de Fermin Muguruza, los sabores y olores que transmiten los pintxos de ensueño de Edorta Lamo e Iñigo Cojo, las cuidas y detallistas fotografías de Alex Iturralde, las impactantes ilustraciones de David Navascués y el visual diseño y maquetación de Amaia García.
Diecinueve canciones son diecinueve noches sin sueño; no obstante, si tenemos en cuenta la envergadura de la obra, los días sin noche han tenido que ser tan largos como una estación completa.
La selección musical es una maravilla, rítmica y pausada, como siguiendo la tendencia slow food. «Se trata -comenta Fermin Muguruza- de un recopilatorio de lo que podríamos denominar música negra, que va desde el blues, hasta el hip hop, pasando por el soul, el reggae y demás sonoridades mezcladas en la actualidad. Se dice que los países que tienen un cancionero rico referente a la comida, son países que históricamente han pasado hambre, pero que también se han rebelado contra ese destino fatal. En este sentido, este recopilatorio es también un homenaje, y una nueva provocación para romper estereotipos. En cuanto a la filosofía slow food, camina pareja a la idea de la soberanía alimentaria, auténtica ruptura con relación a la organización actual del mercado impuesta por la OMC».
El inicio
Zigor Lanpre (DZ) le habla a Fermin del restaurante A Fuego Negro donde los chefs son hábiles con los platos de pinchar discos y los de pinchar pinchos de comida, y a partir de este momento parte la idea en todas las direcciones. «Yo conocía el restaurante de oídas, ya que los Piratas de Donostia, habían hecho ahí la rueda de prensa donde anunciaban sus desembarcos para la Aste Nagusia. Fuimos a comer y, sobre la mesa, ya acompañados por los chefs Edorta Lamo e Iñigo Pata, y la dinamizadora del restaurante Amaia, se alargó lo suficiente como para conspirar este nuevo proyecto, «Pintxatu». Ellos ya tenían un libro de cómics y gastronomía, que había recibido el premio al libro de cocina más innovador, y decidimos que teníamos que atacar ya el libro de cocina y música, y además autoproducirlo», como viene siendo regla en la forma de trabajar del irundarra.
Las fotografías del libro disco son perfectas en técnica y dinámicas en imaginación, pero las ilustraciones nos tienen aún más admirados. «Además de productores, músicos y DJs, también reunimos al fotógrafo Alex Iturralde para que retratara el resultado final de cada receta con un enfoque sugerente e innovador, buscando la estética del pincho como una pieza músico-culinaria, y al diseñador David Navascués, especialista en el arte black power y modern soul, para que realizara una ilustración que visualizara el impulso creativo de cada propuesta, uniendo la música y el pincho inspirado en ella».
Fogones musicales
DJ Pata y DJ Putxero. Así es como se conocían los chefs Iñigo Cojo y Edorta Lamo. «Nos enteramos después de que los dos éramos cocineros. Siempre nos ha encantado la música, la música negra sobre todo, y la idea que teníamos cuando creamos A Fuego Negro era que fuera un garito gastronómico-musical», explica Lamo, aunque, por problemas de licencia, tuvieron que abandonar la idea de combinar cenas con pincha discos en directo en el local del Casco Viejo donostiarra.
A pesar de ello, a los pintxos de estos jóvenes cocineros no les falta ritmo. «Cuando nos preguntan qué ingrediente no puede faltar en nuestra cocina siempre contestamos lo mismo: la música», confiesa Lamo.
Con la experiencia del libro cómic-gastronómico, decidieron realizar un proyecto «más personal» y fue entonces cuando Muguruza se cruzó en su camino: «Conectó rápidamente con la idea. Probablemente será el músico más innovador y revolucionario de este país. Siempre con la música vasca como base pero atento a los movimientos y ritmos de todo el mundo. Nuestra filosofía gastronómica es la misma: trabajamos la cocina vasca pero estamos abiertos a todo lo nuevo. Ese paralelismo ha sido muy positivo para nosotros».
«Sangre crujiente», «Txikle de tomate», «Afro-txipi», «Camino al comino» o «Plato no! Plátano» son algunos de los diecinueve pintxos surgidos de la variada música negra. «Nos hemos centrado en las letras, en el ritmo o en el estilo de las canciones. No es lo mismo un reggae que un dub&bass. El reggae te sugiere algo vegetariano y con los ritmos bailables tienes que hacer algo que puedas comer mientras bailas. O, por ejemplo, con la canción «Un poco de sal», un rap de la vieja escuela, queríamos algo urbano. Y, ¿existe algo más urbano que un chicle?». Tal como explica Lamo, no se trata de un libro divulgativo sino de un trabajo estético realizado con mucho mimo. «Es un ejercicio de creación. Es un trabajo nuestro, muy estético y hecho para disfrutar».
El libro ya está en la calle. Lo único que queda es el «concierto-degustación» que lo materialice. Algo que exige mucho trabajo de organización y coordinación pero que, seguro, pronto tendremos noticia.
Podría hablarse de uno de los recopilatorios reggae más seductivos del mercado, pero la parte musical de «Pintxatu» es más que reggae, aunque sea la base. De hecho, es la black music el estilo y la base de todo el contenido, apelativo que, en cualquier caso, debe tomarse en su sentido más global de la música, pues «Spoonful», interpretada por Sorkun en formato acústico, es un blues de Willie Dixon, dado a conocer por Howlin' Wolf y popularizado por los blancos Cream. Un temazo que iba a cerrar «Pintxatu», como los propios conciertos acústicos de Sorkun, pero que, finalmente, fue alineada un puesto más arriba para acabar cedé con la farra de Etienne Larsen, alter ego de David Bourguignon, batería de Manu Chao, quien transforma el «Don´t worry, be happy» de Bobby Mcferrin en jarkore californiano. Como se ve, dos peculiaridades cautivadoras que se suman a los numerosos ejemplos a esbozar.
El proyecto está repleto de historias y músicos experimentados, por lo que las canciones suenan con una suavidad y magnetismo que dan ganas de abrir la nevera. Los músicos invitados forman parte de la historia reciente de Fermin, «`Irun Lion Zion' estableció una red de complicidades entre distintos músicos que nos hemos ido encontrando por el camino y que han ido colaborando en los distintos proyectos que he ido promoviendo. Si en el recopilatorio `Irun Lion Zion in dub' incidía en el desconstructivismo del dub como punto de encuentro para que cada banda realizara su aportación, en este caso se trataba de reactivar la red, con nuevas adhesiones, y que participaran proponiendo una de sus últimas creaciones, inéditas o revisionadas para la ocasión», matiza Fermin Muguruza bajo el orgullo de haber completado una de las referencias más notables tanto del pasado 2009 como del recién inaugurado 2010.P. C.
«Pintxatu» es un trabajo colorista publicado por el sello independiente Talka. Un formato cuadrado y más grande que el habitual disco libro, que nos sitúa con el dibujo de unos auriculares y una cuchara y un tenedor.
Título: «Pintxatu».
Discografía: Talka.
Formato: Disco-libro, 50 páginas a todo color.
Edición: Ya a la venta.