El conjunto vizcaino sigue en el pozo
Como la arena entre los dedos
Bilbao Basket recibió una espectacular paliza a manos de un inclemente Barcelona. Txus Vidorreta vio, con impotencia, cómo los de Pascual se distanciaban poco a poco en el marcador. En la rueda de prensa posterior, el técnico de Indautxu confirmó un fichaje.
B. BILBAO BASKET 65
BARCELONA 87
Koldo AKORDARREMENTERIA
No era el de ayer el partido más indicado para empezar a remontar el vuelo y hacerse con una victoria que ahuyentara de Bilbo todos los problemas. La entidad de un equipo como el Barça provoca respeto y prudencia allá por donde pasa, y sigue mostrando que es el equipo a batir en esta Liga ACB.
Sin embargo, a pesar de no pedir efectos tan inmediatos a las recetas que Vidorreta sigue elaborando, la afición bilbaina quedó descontenta con la imagen que su equipo ofreció en varias fases del encuentro.
Con la soberana paliza recibida ayer, nadie debería quitar méritos al equipo culé, que sigue maravillando con su juego veloz y consistente. A este Barça hay que pararlo en su origen; en el inicio de la creación. Si el balón sale jugado hacia cualquier posición, ya no habrá mucho que hacer para subsanar el error. Si un jugador escapa de una férrea defensa, no habrá manera de enmendar la desventaja, y la superioridad se acabará traduciendo, antes o después, en un pase más, que dejará en ventaja a algún jugador blaugrana.
Ya desde el inicio comenzó a trabajarse la victoria el equipo de Xavi Pascual. Sada y Grimau salieron con la firme intención de secar a los exteriores locales, y no tardaron en conseguirlo. Sólo Banic, que hizo un partidazo y finalizó con 30 puntos de valoración, logró aguantar el tirón del Barça, y el primer cuarto finalizó con un 13-21.
Vidorreta trató de meter más mordiente al partido con Conley y Warren, y un par de buenas canastas lograron reducir la distancia. Pero cuando no es uno es otro, y entonces despertó Navarro. Con dos triples volvió a poner tierra de por medio, y la defensa zonal en caja sobre él que Vidorreta planeó no sirvió de mucho. Ricky Rubio seguía dirigiendo a su orquesta sin error, y la superioridad era total en todos los aspectos.
El partido se marchaba como la arena entre los dedos. No había errores garrafales, ni aciertos espectaculares. Parecía responder a una suerte bien predestinada. Poco a poco, y ante la impotencia del que lo intenta y no consigue nada, el Barça fue alejándose en el marcador. Lorbek se unió a la fiesta y el descanso llegaba con un desalentador 25-43.
Calidad y triples sobre la bocina
Banic y Mumbrú salieron con las pilas cargadas y lograron devolver la ilusión a las gradas con un pequeño chispazo. Pero Pascual no estaba dispuesto ofrecer la más mínima opción, y volvió a meter toda la carne en el asador. La conexión Rubio-Vázquez volvió a funcionar para abrir huecos en el poste interior. Navarro seguía martilleando el aro con lejanos tiros, y Lorbek, con su tiranía tanto de triple, como bajo los aros, traía de cabeza a los hombres altos del Bilbao Basket.
Si a toda esa notoria superioridad le sumamos que los triples sobre la bocina a favor de los culés fueron unos cuantos, el Barça pronto logró rebasar la barrera de los 20 puntos de distancia.
Los jugadores del BBB seguían con un día aciago en ataque, y cada uno libraba batalla por su lado. Mumbrú y Banic volvieron a ser los más activos en ataque, pero la fluidez del Barça en tareas ofensivas no bajó un ápice. Al menos el último cuarto, para el que quiera observar algo positivo, finalizó con empate a 21.
No están los ánimos demasiado calmados en torno al Bilbao Basket, y testigo de ello fueron los silbidos ¯no generalizados, pero sí reconocibles¯ que despidieron al equipo tras el partido. Pueden hacerse mil análisis y otros tantos cálculos, pero todo el mundo sabe que el punto de inflexión que pueda ser capaz de cambiar esta tendencia debe llegar ya. Txus Vidorreta comentó en rueda de prensa que la clave del triunfo blaugrana «ha estado en nuestro desacierto en tiro de tres, derivada de la falta de confianza, que a su vez está provocada por la delicada situación y también por la calidad del rival. Necesitamos un revulsivo para solventar la situación cuanto antes».
Palizas como las de ayer suelen hacer mucho daño en el orgullo. A raíz de ello, Vidorreta dijo que el vestuario «está mal» después de la contundente derrota, y que deben «rearmarse en el aspecto anímico».
Sin embargo, la exclusiva de la rueda de prensa residió en la confirmación de un fichaje. «Estamos a la espera de cerrar el fichaje de un jugador. A ver si podemos dar una buena noticia en las próximas 48 horas», dijo el técnico de Indautxu con un notorio gesto de preocupación.K.A