El portavoz oficial del Gobierno iraquí, Alí al Dabbagh, anunció ayer que apoyarán a las víctimas de la matanza perpetrada en setiembre de 2007 en pleno centro de Bagdad por mercenarios de la empresa estadounidense Blackwater. Provistos de granadas y armas automáticas, abrieron fuego contra los transeúntes, matando a 17 personas.

La semana pasada, un juez federal de EEUU desestimó los cargos contra los cinco mercenarios acusados de este tiroteo, alegando que durante el proceso juidicial se vulneraron sus derechos constitucionales.

El Gobierno iraquí tachó el dictamen de «inaceptable e injusto» y aseguró que ayudará a los heridos y a los familiares de los fallecidos a presentar una demanda en un tribunal estadounidense.