Gran Bretaña y EEUU financian una «unidad antiterrorista» en Yemen
Gran Bretaña y Estados Unidos han acordado financiar una «unidad antiterrorista» en Yemen, país árabe especialmente azotado por la pobreza que ambas potencias occidentales consideran «base de radicales islamistas» y con el que tuvo presuntamente contacto el nigeriano que intentó volar un avión con rumbo a Detroit el día de Navidad, según informó ayer un comunicado del Gobierno británico.GARA |
El primer ministro británico, Gordon Brown, y el presidente estadounidense, Barack Obama, decidieron impulsar conjuntamente esta medida como respuesta al intento de atentado perpetrado por Umar Faruk Abdulmutallab.
Según el Gobierno de Brown, el nigeriano de 23 años, que estudió en Gran Bretaña hasta 2008, entró en contacto con Al Qaeda, posteriormente, en Yemen. Por su parte, Obama confirmó en la noche del sábado que el acusado viajó a Yemen y se unió a una filial de la organización islamista que dirige Osama Bin Laden.
Se termina de confirmar así lo adelantado por muchos observadores: que tras el fallido intento del día de Navidad, se han intensificado los tambores de guerra a favor de una mayor intervención militar estadounidense en Yemen. Londres, como con Blair en la era de Bush, sería el fiel sirviente de Washington.
Aunque los altos cargos de EEUU indicaron inicialmente que creían que el sospechoso había actuado solo y que no tenía relación formal con ninguna «organización terrorista», esto no impidió que los principales dirigentes políticos de ambos partidos y la mayoría de los medios de comunicación estadounidenses plantearan inmediatamente la posibilidad de una guerra en Yemen, donde Abdulmutallab tiene vínculos familiares (su madre es yemení) y donde hay presencia de Al Qaeda.
Un portavoz de Downing Street ha señalado que Brown y Obama han hablado por teléfono varias veces desde el atentando frustrado y han decidido aumentar la cooperación entre ambos estados para «combatir el extremismo». Además de impulsar la «unidad antiterrorista» en Yemen, también apoyarán el servicio de guardacostas del país y pedirán al Consejo de Seguridad de la ONU que aumente sus fuerzas en Somalia.
Brown ha convocado además, con apoyo de Washington y de la Unión Europea, una cumbre global para tratar «la radicalización en Yemen», que se celebrará el 28 de enero en Londres, en paralelo a la que tendrá lugar ese mismo día sobre Afganistán.
El primer ministro británico precisó que quiere atraer a la reunión a Arabia Saudí y a los Emiratos Árabes Unidos. «La comunidad internacional no puede negar a Yemen el apoyo que necesita para combatir el extremismo», declaró Brown al anunciar la conferencia. «He dicho anteriormente que Yemen, por ser tanto incubadora como refugio del terrorismo, representa una amenaza regional y global», añadió.
El jefe del Gobierno recordó que Gran Bretaña ya tiene comprometidos unos 100 millones de libras (113 millones de euros) de ayuda a Yemen, lo que le convierte en uno de los principales donantes de ese país, además de colaborar con las autoridades yemeníes para entrenar a «unidades antiterroristas».
Los objetivos de la cumbre londinense serían alentar esfuerzos para «ampliar la capacidad del Gobierno» y facilitar la ayuda humanitaria a «las áreas con más riesgo de radicalización». Se trata también de identificar «las necesidades antiterroristas», colaborar en la instrucción de sus fuerzas del orden y ayudar a Yemen a acometer reformas económicas, sociales y políticas.
El anuncio sobre la conferencia se produjo después de que Brown ordenara una revisión del sistema de seguridad aeroportuario británico a raíz del ataque frustrado del pasado 25 de diciembre.
Brown, que espera el resultado de un informe al respecto en los próximos días, ha declarado que «hay que moverse con rapidez» para mejorar la seguridad aeroportuaria tras «la llamada de alerta» que supuso el intento de atentado.
Las embajadas de Estados Unidos y Gran Bretaña en Saná cerraron ayer sus puertas debido a las amenazas de la rama de Al Qaeda que reivindicó el atentado fallido de Navidad, en momentos en que Washington y Londres han reconocido que van a cooperar más «contra el terrorismo» en Yemen y en Somalia.
«La embajada de Estados Unidos en Saná cerró hoy -por ayer- debido a la existencia de amenazas de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP) contra los intereses estadounidenses en Yemen», según se podía leer en un comunicado de la página web de la delegación diplomática.
Un responsable yemení anunció a su vez el cierre de la embajada británica, confirmado en Londres por un portavoz del Foreign Office que adujo «motivos de seguridad».
En su reivindicación del atentado fallido, Al Qaeda en la Península Arábiga juró muerte a «todos los cruzados» y afirmó que el intento de ataque del día 25 de diciembre era en respuesta a una de las dos operaciones de ese mismo mes contra sus miembros en Yemen.
La embajada estadounidense ya había advertido el jueves a los estadounidenses en Yemen de «amenazas de acciones terroristas y de violencia contra los intereses y los ciudadanos norteamericanos en el mundo».
Tras las incursiones aéreas del 17 y 24 de diciembre, en las que murieron más de 60 presuntos miembros de la red islamista, Saná envió refuerzos militares al este del país para perseguir «a los elementos de Al Qaeda», afirmó el sábado una fuente de seguridad yemení. GARA
El operador aeroportuario británico BAA informó ayer que instalará cuanto antes escáneres corporales completos en el aeropuerto londinense de Heathrow.