Me gustaría poner de manifiesto algunas conideraciones sobre la aplicación del artículo 26.2 de la NF 8/1988 que está llevando a cabo Hacienda en declaraciones de IRPF del ejercicio 2005 y siguientes. Hasta la fecha muchos transportistas hemos estado acogidos al régimen de estimación de IRPF; lo que todos conocemos como «módulos». Se trata de un régimen regulado por Hacienda que establece unas magnitudes fijas para determinar el rendimiento neto de la actividad en función del personal empleado (incluido el propio autónomo o empresario) y de la carga útil del o los vehículos. Este régimen se ha revelado bastante más beneficioso para los transportistas que el de estimación directa por lo que hemos sido muchos lo que hemos optado por él.

Pero claro, Hacienda no puede dejar de pasar la ocasión de darnos una buena mordida y se saca de la manga el citado artículo que viene a decir que si por el sistema de módulos no se refleja el rendimiento real de la actividad, nuestros inspectores pueden aplicar, unilateralmente, el régimen de estimación directa; es decir, ingresos menos gastos.

Las consecuencias se pueden imaginar. Uno, que ha estado cumpliendo la Ley con todos sus impuestos, plazos, pagos, etc. fijados por la propia Administración se encuentra ahora con la sorpresa de que le revisan la declaración de 2005 y le dicen que tiene que pagar la diferencia entre lo declarado en los módulos y lo que sale de aplicar el método de estimación directa. Y las cantidades son verdaderamente altas, llegándose incluso a cifras superiores a los 300.000 euros según el número de camiones con los que se trabaje.

Lo gracioso es que te dicen que como no hay infracción alguna no vas a pagar ni intereses ni sanción. ¡Si encima hay que estarles agradecidos y todo!

La pregunta que nos hacemos es para qué demonios se establecen los módulos si luego pueden quitártelos y pasarte a un sistema muchos más gravoso. Te han dejado durante unos años tributar por un régimen establecido por la propia Hacienda, al que optas con el beneplácito de la misma, que luego resulta que como no les parece suficiente lo que se ha pagado te lo quitan para cobrarte la diferencia. Entonces ¿para qué los módulos si por definición nunca van a reflejar el rendimiento real de la actividad?

Se produce una total indefensión puesto que no se regula en ningún sitio de la mencionada NF 8/1998 (ni en la que la ha sustituido y que también tiene el mismo artículo, concretamente el 30.2) qué parámetros va a seguir Hacienda para entrar a por uno y aplicarle el artículo en cuestión. Porque a la vista del sistema de módulos que, repito, lo ha fijado la propia Hacienda, todos absolutamente todos somos posibles víctimas ya que nadie que tribute en módulos refleja el rendimiento real de su actividad.

Esto, que nos puede ocurrir a cualquiera de los transportistas que tributamos en la Comunidad Autónoma Vasca, no pasa en ningún otro sitio del Estado; lo que supone, junto a lo ya añadido, que estamos en desventaja con otros transportistas de provincias cercanas, como Nafarroa. A ellos no se les aplica el 26.2, con lo que el coste del servicio es más bajo entrando en una situación de competencia desleal promovida por la propia Administración vasca. Si quieren que los transportistas autónomos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa desaparezcan van por buen camino.

Una última reflexión: ¿dónde se han metido los sindicatos del transporte y cómo es posible que exista un artículo así y no hayan movido ni un solo dedo al respecto? Igual tienen que planteárselo, porque la intención es recaudar vía inspecciones lo que ya no se recauda vía impuestos dado el bajón que ha habido en la actividad empresarial. Eso sí, introduciendo medidas como la supresión del impuesto sobre el patrimonio que precisamente gravaba a las personas con un mayor poder adquisitivo, algo que no se entiende cuando precisamente el montante de ingresos vía impuestos desciende por culpa de una crisis que parece están empeñados en que pase de largo por Hacienda gracias al dinero de la mayoría de nosotros.