Juan Ignacio Rodríguez 2010/1/14
Con Patxi, ¿justicia o venganza?
Deia
(...) No me corresponde a mí opinar sobre si la pena impuesta a Patxi [Gómez] es la que corresponde al delito juzgado, pero el sentido de la equidad que todo humano posee nos puede hacer pensar acerca de si su condena es o no equivalente a la recibida por otro tipo de personas juzgadas y condenadas en este país. Así, por ejemplo, los políticos Rafael Vera y José Barrionuevo que fueron condenados por el secuestro del ciudadano francés Segundo Marey han permanecido en prisión bastante menos tiempo que Patxi. Los militares Milans del Bosch y Tejero, que dieron un golpe de Estado e intentaron imponer una nueva dictadura, delito este que debe ser considerado como el de mayor gravedad en un Estado democrático, también salieron de prisión en pocos años. Recientemente, el asesino confeso de la joven irundarra Nagore Laffage, durante los Sanfermines de 2008, ha sido condenado a una pena de doce años y medio de prisión y, según coinciden la mayoría de los analistas, es posible que con siete años de cárcel salga en libertad con la condena ya cumplida. Después de ver estos casos comentados y otros muchos por todos conocidos, no podemos más que planteamos si la pena impuesta a Patxi es proporcional a su delito o si, en este caso, la justicia ha dejado de comportarse como tal para pasar a convertirse en una cruel venganza contra su persona y contra lo que algunos piensan que él puede representar.
El pasado 31 de diciembre un numeroso grupo de ortuellanos formado por personas de todas las edades, condiciones e ideologías nos concentramos para mostrar nuestro apoyo a Patxi y nuestro frontal rechazo a la decisión judicial tomada contra su persona. No pudo llevarse a cabo la manifestación prevista por que ésta había sido prohibida por la Audiencia Nacional al atender un recurso interpuesto por la asociación ultraderechista Dignidad y Justicia. Desde mi punto de vista, no es digno de una sociedad democrática, ni mucho menos justo bajo ningún concepto, impedir a un plural grupo de ciudadanos mostrar su apoyo y calor a un convecino que se encuentra atravesando una situación delicada. (...)
No me considero creyente ni creo en la reencarnación pero, por si acaso, le pido a Dios que si en otra vida tengo que saldar deudas con la justicia de este país en el que nos ha tocado vivir, no lo sea por los mismos delitos imputados a Patxi. Ser político corrupto, prevaricador, pederasta, violador, extorsionador, delincuente habitual, maltratador de mujeres, militar golpista o asesino sale bastante más rentable.