Hasta Antonio Basagoiti ha enmarcado la intensa actividad pública de Patxi López durante esta semana dentro de una estrategia destinada a defender la labor del Ejecutivo de Lakua ante datos tan contundentes como el que le mostró el último Euskobarómetro, que indicaba que el 70% de la ciudadanía de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa rechaza la fórmula de gobierno pactada entre PSOE y PP. A la espera de que lleguen nuevos muestreos de opinión para comprobar si esa estrategia obtiene el resultado esperado por el lehendakari de la CAV, de momento sólo ha cosechado reacciones negativas entre la mayoría de las formaciones políticas.

No obstante, para rematar su agenda semanal, ayer López dejó el traje de lehendakari en la entrada del Palacio Euskalduna y se puso el de secretario general del PSE para presidir un acto que congregó a dirigentes y militantes de su partido, y que tuvo mucho de mitin preelectoral -con intervalos de música en directo a cargo de una banda de jazz- pese a que para la próxima cita con las urnas en la CAV todavía tengan que pasar dos primaveras. Así se entiende que incidiera tanto en aclarar cuál es el próximo reto de su partido: «ganar las elecciones municipales y forales, de dentro de año y medio, para extender la fuerza del cambio».

«No nos conformamos con lo que ya tenemos, que es mucho -añadió en referencia a los ayuntamientos que gobierna actualmente su partido-; queremos más porque el nuevo tiempo necesita de instituciones que remen a favor y que no jueguen a la contra». A continuación indicó que «será bueno que haya gobiernos socialistas», porque eso «consolidará el proyecto de convivencia y progreso de la nueva Euskadi que propugnamos. Y para este reto vamos a prepararnos».

López, que no se cansa de repetir que el acuerdo con el PP en el Parlamento de Gasteiz es «para toda la legislatura», no hizo ninguna alusión a un futuro pacto entre los dos partidos para conseguir ese objetivo, pero a estas alturas se hace difícil imaginar otra fórmula -como la de los pactos a tres bandas con el PP en Araba, y con el PNV en Gipuzkoa y Bizkaia- para que el PSE se coloque al frente de las diputaciones de estos tres territorios.

Contra el PNV, Pastor

Las críticas al PNV quedaron reservadas para José Antonio Pastor, el otro orador de ayer en el Euskalduna. El portavoz parlamentario del PSE reprochó al PNV que esté «en permanente confrontación» y dijo que sus dirigentes «no han aprendido nada de sus errores», obviando que los dos partidos acordaron facilitarse mutuamente la aprobación de los presupuestos en las instituciones que gobiernan, lo que se cumplió hace apenas unas semanas.

«Ya sólo nos hace falta -comentó Pastor- una oposición nacionalista que se moje por los problemas de este país, que deje de lado las obsesiones sobre quien es más o menos vasco». Alusión que dejó en agua de borrajas la invitación que hizo López a los dirigentes de su partido para «huir» de los debates de identidades que, según dijo, «pertenecen al pasado».