Ya ganaba 2-0 a los ocho minutos
Una veintena de puntos aliviadora
Los de Camacho volvieron a vencer en casa tres meses después, perforaron la portería contraria tras cuatro encuentros consecutivos sin hacerlo y derrotaron a un rival directo en la pelea por la permanencia. Era lógico que la hinchada rojilla acabara haciendo la ola.
OSASUNA 2
ESPANYOL 0
Natxo MATXIN
Le bastaron ocho minutos a Osasuna para acabar de un plumazo con toda la polémica relativa a la mentalización del equipo y, sobre todo, al bajo nivel de juego de los de Camacho. Hubo quien incluso se frotó los ojos para asegurarse de que lo que veía era cierto. «Éste sí es mi Osasuna», se oyó decir a alguno.
Hacía tiempo, la verdad, que no se veía salir a una escuadra navarra tan enchufada, peleando todos y cada uno de los balones, y tan ordenada, entrando por banda y bien colocada al remate. Dio la sensación de que los jugadores querían sacar pecho y demostrar la profesionalidad que tanto habían reivindicado entre semana.
El partido, además, lo reclamaba. Enfrente, un rival directo que también ayudó lo suyo para que el choque estuviera prácticamente decidido a las primeras de cambio. Con muchas dudas, especialmente en la línea defensiva, mal ubicado y sin tensión, el conjunto de Pochettino fue una brizna de paja zarandeada de manera inmisericorde por el vendaval rojillo.
Tanta carencia fue aprovechada sin piedad por los extremos locales, que actuaron como cuchillos en la mantequilla. Juanfran y Camuñas fueron parte activa de los goles. El alicantino fue el autor del primero -dedicatoria incluida a su mujer y al hijo que van a tener en marzo- y el madrileño dio un magnífico servicio para que Pandiani anotara su séptimo gol ligero. Una buena noticia que el charrúa volviera a ver puerta; Osasuna casi nunca pierde -sólo lo hizo en el Heliodoro Rodríguez- cuando el ariete consigue perforar la portería contraria.
Sólo faltó que Aranda mojara, pero al malagueño, que ayudó en la combinación y el desmarque, le faltó acierto en los metros finales, donde Álvarez le ganó la partida en sendos mano a mano. El dominio, abrumador: hasta nueve saques de esquina llegaron a botar los anfitriones ante un once periquito desbordado por todas partes.
Todo era de color de rosa. Tanto, que hasta la rigurosa expulsión de Rúper, tras una segunda amarilla en un lance en el que tocó balón, no pasó factura. Ayza Gámez arregló las cosas apenas se había regresado de vestuarios aplicando el mismo rasero. Roncaglia pagó los platos rotos del errático colegiado y enfiló camino de la ducha.
Anestesia
Desde ese momento, el encuentro comenzó a adormecerse, una anestesia favorable para los intereses navarros, quienes replegaron filas y cedieron la posesión al Espanyol. Fue la fase visitante, obligada más por las circunstancias que por la convicción de que pudieran llevarse algo de El Sadar.
Lo que ocurre es que han sido tantos los episodios en los que se han visto escapar puntos que ya parecían conquistados, que el miedo a encajar un gol hacía temblar por un posible empate o remontada, pese a que las hechuras del rival no dieran la impresión de poder llevar a cabo la hombrada. Un golpe franco directo de Pareja, un tiro lejano de Márquez y, sobre todo, un disparo de Marqués con toque ligero de Osvaldo fueron lo más peligroso por el bando periquito. Para el último lance ahí estuvo Ricardo, siempre atento, deteniendo en dos tiempos.
A decir verdad, bien poco se jugó en los segundos cuarenta y cinco minutos. Osasuna gestionó bien la magra ventaja, aguantó firmemente cohesionado atrás y salió cuando pudo a la contra. Parones por faltas y cambios fueron la tónica dominante, en un apartado en el que los de Camacho se manejaron mejor, claramente con las manecillas del reloj a su favor.
La media de la permanencia se estaba cumpliendo -será efectiva si se puntúa en Jerez-, se volvía a vivir un triunfo casero tres meses después -el último fue ante el Atlético de Madrid en un ya lejano 18 de octubre del año pasado-, se rompía la mala racha anotadora -cuatro partidos consecutivos sin marcar- y se tumbaba con una renta apreciable para el gol average a un enemigo que va a estar en la pomada de la pelea por mantener la categoría.
Todo encajó a la perfección y eso también se notó en la grada, donde volvió a hacerse la ola, como en los grandes días. La reconciliación debe continuar con otra alegría el jueves en la competición copera. La hinchada rojilla se lo merece.
No lo expresaba su rostro, pero el técnico rojillo, José Antonio Camacho, pareció muy satisfecho por lo que había visto sobre el césped de El Sadar. «Hemos salido muy enchufados -destacó- y la primera media hora ha sido fantástica, con un segundo gol de verdadero espectáculo».
El de Cieza, que valoró los tres puntos cosechados como «muy importantes», matizó que los suyos habían iniciado muchos partidos de la misma manera, «pero luego está la definición, que la pelota entre o no. Lo importante es buscar el gol, que no pasen quince minutos y ni siquiera se haya chutado a puerta».
No eludió la pregunta sobre si sus declaraciones post Riazor habían hecho efecto en el fulgurante comienzo osasunista. «He hablado igual que Pochettino, no entramos con la misma mentalidad en Coruña».
Su equipo ya ha llegado a la veintena de puntos a falta de un compromiso para concluir la primera vuelta. El preparador murciano aventuró una segunda más asequible, aunque no menos competida. «Tenemos que recibir en casa a los de nuestra liga y creo que será diferente, aunque todavía nos queda un encuentro en Jerez y habrá que ir a ganar», comentó. Finalmente, hizo alusión a la roja de Rúper: «Iba un poco acelerado en las entradas y lo ha acabado pagando caro. Es una falta de experiencia».
El míster periquito, Mauricio Pochettino, no tenía la misma lectura del choque. «No me voy para nada satisfecho, los primeros minutos estuvimos fuera del partido, fuimos superados en diez minutos. Osasuna es un equipo como nosotros, sabíamos lo que nos íbamos a encontrar y, si no compites como ellos, estás a su merced y te lo hacen pagar caro».N.M.
La plantilla osasunista guardará descanso hoy y volverá al trabajo mañana a partir de las 11.00 en Tajonar. Los rojillos comenzarán a preparar el encuentro de ida copero de los cuartos que le enfrentará al Racing en el estadio de El Sardinero el jueves a las 20.00.
La plantilla del colegio San Pedro de Mutiloa recibió el aplauso y homenaje de la afición rojilla en los prolegómenos del encuentro entre Osasuna y Espanyol. Los de Aranguren se impusieron en la final del último torneo interescolar navideño.