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escalada en hielo I Festival de Ouray

7.760 metros en non-stop para un Will Gadd solidario

Mientras Ines Papert y Josh Wharton se embolsaron los triunfos de la competición del Festival de Hielo de Ouray, Will Gadd llevó a cabo una acción solidaria para la Fundación dZi que consistió en escalar durante 24 horas una vía de WI4: 194 ascensiones y 7.760 metros.

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Andoni ARABAOLAZA |

Estamos en plena temporada de festivales de hielo, y eso se nota. Kandersteg, Orco, Ecrins... son algunos de los ejemplos más significativos. Pero, en esta ocasión, nos quedamos con uno. Con el estadounidense de Ouray.

Y lo hacemos por diferentes razones. La última edición, la 15, se celebró entre el 7 y 10 del presente mes. Una vez más, Ouray dejó bien claro que es uno de los festivales de hielo con más solera del mundo.

Tras mucho esfuerzo, sobre todo del histórico Jeff Lowe, Ouray da unos excelentes frutos. Cada vez son más los escaladores de diferentes rincones del planeta que participan en el evento. Y, además, el público no defrauda. Proyecciones, audiovisuales, clases técnicas dirigidas por la elite (el taller de este año ha sido impartido por Steve House), testado de material... Y la estrella del festival: la competición.

En pleno corazón de las montañas rocosas del Colorado, con frío intenso y muy buenas condiciones, la prueba se desarrolló de forma magistral. Una ruta de 50 metros de M9+ que fue diseñada por otro grande, Vince Anderson, fue la prueba de fuego. En chicas, la que mejor escaló fue Ines Papert, aunque no pudo hacer top. Los que sí encadenaron la vía fueron los dos primeros clasificados. El ganador Josh Wharton terminó la vía muy rápido y seguro; le sobró 5 minutos de los 20 estipulados. En cambio, Sam Elias, a la postre el segundo clasificado, hizo top por los pelos.

Pero, quizás, el protagonista especial de esta última edición de Ouray fue Will Gadd. El canadiense pasó de competir con sus compañeros y apostó por una actividad solidaria que le llevó a escalar durante 24 horas seguidas (non-stop) una vía graduada de WI4. El resultado: 7.760 metros y 194 ascensiones.

«Ascensiones sin fin»

Una vía de 40 metros por delante, y una actividad que comenzó el 9 al mediodía y terminó 24 horas después. Según ha comentado Gadd a GARA, el proyecto no era reciente: «Me gusta la escalada en hielo, y pensé: ¿por qué no escalar una vía durante todo un día? Resultó más difícil de los esperado, pero lo logré. Quería recaudar fondos para la Fundación dZi que ayuda a los ñiños de Nepal. Vi el trabajo de Jim Nowak y me gustó, porque busca soluciones globales y no parciales. Al final, conseguí 20.000 dólares».

El objetivo era claro, pero, al mismo tiempo, casi imposible de realizarse. Y es que para lograr el éxito deseado, muchos factores debían de alinearse: «La idea era escalar durante toda una jornada los más metros posibles. Un reto que consistía más o menos en escalar el desnivel que hay entre el campo base y la cima del Everest. No creía que fuera posible, pero finalmente hice el doble. Para ello me tuve que preparar físicamente a fondo. No había otro entrenamiento más que escalar y escalar, hacer una vía un montón de veces y pillar el fondo esperado. Construí un carámbano de madera en mi jardín y estuve escalando hasta la saciedad. No unas cuantas ascensiones sino miles».

24 horas sin parar fue un auténtico suplicio, pero Gadd lo superó con creces: «Tuve problemas para mantenerme mentalmente bien, ya que me dolía todo. Aunque estaba roto y no había motivación, seguía; era como sobrevivir. Tenía que seguir con ese esfuerzo para recaudar fondos. Sé que no he salvado al mundo, pero creo que he aportado algo. Hace 10 años hice la misma vía 10 veces y estaba roto. De las 194 ascensiones, sólo en una me caí. Comía mientras me bajaban. A veces me falló el estómago, y en la 75 ascensión vomité algo. No podía tomar las calorías suficientes. No me aburrí. La gente me animaba incluso durante la noche. Cuando terminé estaba deshecho y con la voz ronca».

A pesar de ser un maratoniano proyecto; de escalar, mañana, tarde, noche y madrugada; de acabar reventado... el alpinista canadiense tuvo el apoyo del público tanto en las horas diurnas como en las nocturnas. Tal y como nos adelanta, sólo tuvo envidia de sus compañeros competidores: «Sobre todo durante la noche me dieron mucha envidia. Ellos se fueron a cenar y a tomarse unas cervezas. Yo, en cambio, no paraba de escalar. Pero, sin duda, me muestro muy orgulloso de este recién acabado proyecto».

Nick Bullock, dos nuevas duras líneas de «chiripa» en Argentière

Nueva visita de Nick Bullock a las líneas extremas heladas y de mixto de Argentière, en un sector clásico y de fácil acceso. En esta ocasión se hace, sin «esperar», con dos nuevas, elegantes y duras vías de hielo y mixto. Y decimos sin esperar, ya que la intención del alpinista británico era repetir la vía «Home Wet Home» entre la «Mini Couloir» y la famosa «Nuit Blanche».

Pero finalmente abrió junto a Kenton Coll (éste le aseguró), una ruta de 70 metros y un grado en la escala escocesa de VIII, 8: «Homeward Bound». Según Bullock, se trata de una línea estética con una fina capa de hielo: «Todo el espesor era muy fino y no tenía apoyos para pies. Era escalar al milímetro en un terreno incierto».

Dos días más tarde, Bullock, ya sin sorpresas, volvía al mismo escenario junto a Pete Benson. También abren una vía que se encuentra a la izquierda de la apertura anterior. Tiene dos largos y dificultades de VII, 8 (escala escocesa) y M6+. A la vía le han llamado «Homage to the Homeland» y no cuenta con material fijo ni parabolts. A.A.

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