Hay frases que hacen inmortales a algunos políticos. Los diccionarios de citas están repletos de frases, célebres o lapidarias, atribuidas a Napoleón, Churchill, Adenauer, De Gaulle, Washington, Lenin o Fidel Castro. Otras tienen menos fortuna y se quedan en el rincón del olvido o, lo que es peor, ridiculizan a su autor.

En la parte de Euskal Herria que gobiernan Rodolfo Ares y Patxi López -por ese orden- se han provocado cambios importantes. No vivíamos en el País de las Maravillas -hay que tener memoria- pero es objetivamente cierto que las cosas han ido a peor. Y así lo perciben esos muchos miles de ciudadanos que prefieren los informativos de las cadenas españolas a las insustancialidades que nos ofrece la televisión propia. También han ido a peor las condiciones en que tratamos de ejercer las libertades públicas y así lo pueden atestiguar esos 200.000 ciudadanos que no pueden votar o los familiares y amigos de los presos, acosados, amenazados y castigados por una policía a la que han dado rienda suelta -más suelta que lo suelta que ya estaba- o quienes han padecido el rebrote de una tortura que nunca desapareció. Por no hablar de nuestras señas de identidad. El debate sobre la existencia y reconocimiento del pueblo vasco desde la negativa a enseñar su nombre, Euskal Herria, es buena muestra de ello.

Las cosas han ido a peor y la ciudadanía lo percibe cada día. Lo reconoce el mismísimo Paco Llera, cuya afección al PSOE es conocida por todos. Y así, con los desoladores datos del «Euskobarómetro» -del que tampoco hay que fiarse en demasía- los pensadores de Ferraz han escrito una frase para que Patxi López salga del trance. Y no se le ha ocurrido idea más feliz que pronunciarla en el Foro de la Nueva Economía, en Madrid. Que López hable de nueva economía es ya de por sí cómico, pero que se vaya a Madrid a contarles que «los vascos han asumido tan rápido el cambio que no lo saben valorar» roza la genialidad de Groucho Marx.

Busco las fuentes donde pudo inspirarse el redactor del discurso de López y temo que ha recurrido a la poesía. Relean a Machado: «La primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido. Ha despertado la rama, el almendro ha florecido. En el campo se escuchaba el `gri-gri' del grillo. La primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido». Yo sí lo sé: con el pucherazo electoral.