Osasuna ha hecho los deberes, justitos, pero los ha hecho. Los 23 puntos con los que acaba esta primera vuelta están en el cómputo medio de la permanencia e incluso se antojan hasta golosos si se comparan con recientes precedentes de infausto recuerdo. Hace apenas un año, el pesimismo reinaba en el entorno rojillo cuando el equipo disponía de una decena de puntos menos que ahora y la salvación parecía una meta inalcanzable.

La consolidación del grupo, que se ha ido haciendo fuerte a base de tortazos, y el acierto en la incorporación de elementos como Aranda o Camuñas, sobre todo este último, han propiciado ese salto cuantitativo en la clasificación con respecto a la pasada campaña.

En cualquier caso, que los árboles no nos impidan ver el bosque, porque las seis victorias, cinco empates y ocho derrotas de Osasuna revelan una trayectoria irregular, en la que el arreón inicial con triunfos consecutivos ante Sporting y Atlético y los dos recientes triples frente a Espanyol y Xerez no han podido ocultar encuentros más que decepcionantes.

Y en apartados en los que la escuadra navarra nunca había flaqueado, como el de la actitud e intensidad sobre el campo. La llamada al orden de Camacho tras el partido de Riazor no fue sino la gota que colmó el vaso de patéticas actuaciones como las de Almería, San Mamés o durante las visitas de Valencia o Mallorca, por citar algunos ejemplos de estas deficiencias.

Al conjunto rojillo le sigue costando mucho ver puerta. Con 18 dianas, casi la mitad obra de Pandiani, es el cuarto menos realizador del campeonato, empatado con el Almería y sólo «superado» en ineficacia por Xerez y Tenerife. Tampoco ha firmado buenos números en su propio estadio, pese al constante y equivocado tópico de ser inexpugnable en El Sadar, aunque en su descargo hay que decir que por el estadio iruindarra han pasado los mejores equipos en este primer giro.

Gran balance defensivo

No todo son déficits en las cuentas rojillas. En el haber osasunista, su efectivo balance defensivo, con cifras que le equiparan a rivales que están en puestos de Champions, como es el caso del Mallorca. Los de Camacho sólo han encajado 21 goles, lo que es una magnífica noticia.

Ahora la duda estriba en saber si esta plantilla puede dar más de sí o ya está exprimida al máximo. Lo que ocurra en la segunda vuelta, en la que deberán rendir visita a El Sadar aquellos equipos con los que se va a jugar el continuar un año más en Primera, puede aportar algo de luz respecto a esa incógnita que planea sobre el entorno de la escuadra navarra.