Larry Brown debe estar frotándose las manos y los Celtics deben estar temblando de miedo. Los Bobcats de Charlotte, una franquicia joven que nació hace apenas seis años apunta alto esta temporada. Séptimos de la Conferencia Este en la actualidad, poseen uno de los balances recientes más positivos de la competición con 7 victorias y 3 derrotas en sus últimos diez encuentros. Y vienen de un 9-1 tras una gira por el Oeste. De terminar así la liga regular, los de Carolina del Norte lograrían entrar en las primeras eliminatorias por el título en su corta historia.

Lo que para los Bobcats es todo un éxito y una nueva y excitante aventura, parece que será un mal trago para cualquiera de los cuatro grandes de la Conferencia. Cleveland Cavaliers, Boston Celtics, Orlando Magic y Atlanta Hawks deberían mirar con recelo un posible cruce con los Bobcats en la tercera semana de abril. Sobre todo los Celtics, el equipo más mermado físicamente, tanto por las lesiones de sus estrellas como por la edad de las mismas o sus propias capacidades.

Brown ha conseguido un conjunto potente basado en unos esquemas muy rígidos en el que prima la defensa y el control. Así, pese a que podía parecer que el carácter anárquico de Stephen Jackson o Gerald Wallace iba a chocar con las draconianas visiones tácticas de Brown, los resultados difícilmente podían ser más positivos.

A imagen y semejanza de Brown

Larry Brown llegó a Charlotte en el verano de 2008 y no lo dudó en ningún momento a la hora de traspasar al que en ese momento era el jugador franquicia de los Bobcats, Jason Richardson. A cambio de Richardson llegó Raja Bell, jugador con efímero pasado en el Baskonia y viejo conocido de Brown cuando alcanzó la final de la NBA con los Sixers de Philadephia. Pero a Brown no pareció convencerlo del todo y un año más tarde Bell voló a San Francisco para unirse a los Golden State Warriors. A cambio, los Warriors enviaron a Charlotte al polémico Stephen Jackson. Y ésta parecía la piedra de toque necesaria para que los Bobcats comenzasen a despegar en la liga.

En cuanto Jackson, tan díscolo como gran jugador, se ha asentado en el seno de estos Bobcats, el equipo de Brown ha empezado a rendir a gran nivel. Tras un inicio de liga un tanto desalentador, la franquicia de Carolina del Norte ha realizado un juego tremendamente efectivo durante enero.

Como resultado de ese exultante mes, cocos como San Antonio Spurs o Phoenix Suns y favoritos al título como Boston Celtics o Cleveland Cavaliers han mordido el polvo ante los Bobcats. Sólo en sus dos últimos partidos, los de Larry Brown han caído frente a rivales de la talla de Atlanta Hawks y Orlando Magic, la élite en el Este.

Entendiendo que su presencia en play offs es más que posible a día de hoy, los Bobcats seguirán dando guerra con su baloncesto inmaculado y ordenado en lo que resta de temporada regular. Después de que arranquen las eliminatorias por el título, habrá que esperar para comprobar la autoridad de los cuatro capos del Este. Desde luego que nada tendrá que perder y podría, en su sexta campaña en la NBA, empezar a escribir las primeras líneas doradas de su historia.