Parece que en el núcleo duro del invierno, la noche del domingo vuelve a ser un objetivo prioritario de los programadores y nos van colocando estreno de programas de humor, novedades, series de tirón, fútbol, como para que si el síndrome dominical te da insomnio te puedas dar una buena onda con el mando a distancia. O al contrario, que por culpa de la ronda te desveles y llegues el lunes un poco reventado.

Ha vuelto a La Sexta El Follonero con su «Salvados», en esta ocasión realizado en Buenos Aires, con un mirada muy especial, ya que llevaba una motivación aparentemente banal: el poco amor de los argentinos por el jugador de fútbol Messi, pero en su primer capítulo nos paseó, de la mano de un cronista deportivo por Villa Fiorito, el barrio donde nació Diego Armando Maradona, en un día de lluvia, y se nos mostró un territorio depauperado, pobre, más allá de cualquier noción, donde sus habitantes sobreviven en una digna marginalidad, pero que están enchufados al mundo, precisamente, a través del fútbol, o sea, de Messi, de Maradona, de ese populismo universal que provoca el negocio del balompié.

Si este paseo nos dejó mal cuerpo, lo cierto es que la entrevista, juego, encuentro con el gran actor Ricardo Darín nos devolvió la confianza en que la inteligencia es un bien supremo que está, siempre, por encima de las circunstancias. Este encuentro, magnífico, muy divertido, desmontaba alguno de los tópicos y colocaba a los Goya en un terreno pantanoso. Pero todo esto estaba incardinado con una habitación de hotel donde estaba Joaquín Sabina oficiando de embajador de Jordi Évole. También en un buen tono. Se anuncia una entrevista con el bardo jienense para el próximo domingo.

Aunque el momento más «follonero» fue cuando con unos carteles de Messi vestido con la camiseta de la selección española, se puso a pegarlos por las paredes del centro de la capital argentina, y los colocó hasta encima de un anuncio de una actuación de Julio Iglesias. Apareció una paisana en tono ejecutiva, legalista, como la otra cara del país. Nos pareció una buena entrega del programa que ha recortado el minutaje. Nos entretiene con un humor muy serio.