El auto que ayer emitió el juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón para procesar a ocho miembros de la izquierda independentista no se entiende si no como prolongación de las tesis del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. De hecho, viene a ser una explicación de la estrategia que el ministro gestiona. El escrito por el cual Garzón procesa a Arnaldo Otegi, Rafa Díez, Sonia Jacinto, Miren Zabaleta, Arkaitz Rodríguez -los cinco en prisión provisional-, Txelui Moreno, Mañel Serra y Amaia Esnal -los tres últimos en libertad bajo fianza- es una muestra más de la instrumentalización por parte del Gobierno español de ese tribunal especial. Y el hecho de ser emitido cuando el debate que tiene lugar en el seno de la izquierda abertzale se encuentra en su fase de conclusión deja meridianamente claro su objetivo.

Los «indicios» que han conducido al juez a dicho procesamiento son, precisamente, las afirmaciones del ministro del Interior español que, resumidamente, defienden que el proceso de acumulación de fuerzas abertzales o polo soberanista estaba dirigido por ETA, «desde el inicio hasta su fase final», según afirma en el auto. Pero en realidad ese procesamiento criminaliza y castiga la actividad política y advierte de la disposición a extender el área a reprimir. Y para tratar de justificar cualquier actuación político-judicial, el auto crea una realidad virtual en la que fundamentar la estrategia de Pérez Rubalcaba.

Aunque esa estrategia del Estado ha provocado muchas situaciones de flagrante injusticia, como la que sufren los ocho imputados, en las que la presunción de inocencia y otras garantías jurídicas han sido inexistentes como consecuencia de la instrumentalización del aparato judicial, ante el fracaso de la acción represiva del Estado sobre el denominado «entorno» que ellos mismos han ido extendiendo indefinidamente, ahora lo amplían a cualquier proyecto de acumulación de fuerzas abertzales, intentando así intervenir, e interferir, en el nuevo horizonte político vasco que ya se comienza a vislumbrar.