Los electores de Guayana y Martinica convocados a pronunciarse por segunda vez en quince días sobre su futuro institucional dijeron sí el domingo a la «colectividad única», en consultas marcadas por la escasa participación.

Tras haber rechazado la autonomía el 10 de enero en un referéndum convocado a instancias de los electos locales, el domingo aprobaron «la creación de una colectividad única que ejerza las competencias atribuidas al departamento y a la región, tal y como establece el artículo 73 de la Constitución».

Esto significa que en vez de estar regidos por un consejo regional y un consejo general, estas «regiones monodepartamantales» estarán gestionados por una sola colectividad, en lugar de las dos actuales, con «las mismas reglas que en la metrópoli». A diferencia del primer referéndum, el del domingo fue convocado por el Gobierno francés, que deseaba terminar con el gasto que supone mantener una doble estructura institucional desde 1982.

En Guayana acudió a las urnas el 27,44% (48,2% el 10 de enero) y en Martinica el 35,81% (55,3% hace dos semanas).