Conocida en el mundo de los festivales, Teresa Cavina aportará una nueva visión a uno de los festivales audiovisuales más prestigiosos del mundo. El Festival Internacional de Programas Audiovisuales, del que Cavina ejercerá de directora artística por primera vez, finalizará el próximo domingo. Será entonces cuando el público decida si da su aprobación a la nueva visión aportada por la italiana.

Usted ha dirigido varios festivales, ¿qué ha encontrado al llegar a Fipa?

Para empezar, he de decir que es la primera vez que vengo a Biarritz. He estado varias veces en Bilbo y en Donostia, pero aquí es la primera vez, y es un lugar magnífico.

En lo que concierne al festival, creo que lo vamos a descubrir juntos, porque acaba de empezar y creo que su atmósfera es bella y llena de gente interesada por lo audiovisual. Será una semana de placer; placer para mí porque, preparando el festival, se descubren programas muy interesantes, y la primera idea que viene a la cabeza es poder compartirlas. Parece un placer solitario, pero no lo es. Cuando descubro un documental magnífico, quiero que la gente lo descubra y sienta el mismo placer que yo. Había un jurado en el Festival de Roma, que yo creé, compuesto por siquiatras y que otorgaba el premio a la película que más ayudaba. Era una idea magnífica, y creo que habrá muchas películas que también ayudarán en Fipa, que ayudarán al espíritu, al corazón y al alma.

Usted acaba de tomar la dirección del festival, ¿qué diferencias vamos a encontrar?

Afortunadamente, creo que el festival va más allá que su director artístico. Un festival toma su personalidad, su forma; existe a lo largo del tiempo. Espero estar mucho tiempo en el Fipa, pero espero que siga existiendo muchos años después de que yo me haya ido.

Es un festival de descubrimientos y que permite descubrir espacios estéticos y de reflexión, además de culturas que no conocíamos hasta ahora. Fipa, bajo mi dirección, sigue siendo eso. Evidentemente, habrá una diferencia, que residirá en mi gusto, en mi selección.

Los festivales son seres vivos y, como todo ser vivo, para existir tiene que moverse. Es por ello que, en lo que respecta la selecció,n está claro que habrá una diferencia, pero únicamente para que el festival exista. Este año hemos recuperado la idea del Focus que se llevó a cabo hace dos años con Suecia. Este año se hará con Alemania dentro del marco de acercamiento entre profesionales europeos. Creo que también será importante lanzarse hacia un marco más amplio en el que también entre el Mediterráneo.

También hemos abierto un espacio dedicada a las producciones en internet. Teniendo en cuenta que Fipa se ocupa de todo lo audiovisual, es muy importante abrirse al espacio en el que se mueven las cosas. Hemos empezado este año, y creo que en el futuro habrá que ver cuáles son los medios existentes de la imagen en movimiento: en internet, en los móviles... En todas partes en donde haya una imagen que se mueva, creo que Fipa también estará.

El anterior director artístico, Pierre-Henri Deleau, antes de dejar el festival declaró a GARA que no había logrado alcanzar su objetivo, porque no había conseguido que todos esos programas interesantes llegasen al gran público, a las televisiones.

Creo que es una lucha en la que nunca se gana la batalla, pero que tampoco se pierde definitivamente. Es verdad que es difícil y el pesimismo de Pierre-Henri Deleau está justificado. El año pasado, había una crisis y todas las televisiones han tratado de tomar elecciones que han reducido al máximo los riesgos, por lo que no quedaba mucho espacio para los programas creativos.

Cuando se empieza a hacer algo, se debe de tener coraje y optimismo, aunque tal vez sea un poco ingenuo. Pero la ingenuidad ayuda a encontrar la fuerza y la energía. Creo que con mucho entusiasmo y un poco de ingenuidad conseguiremos hacer posible la existencia de algunos programas y hacer que encuentren su público.

Lo que me alegra el corazón es que hay muchos profesionales de la televisión, sobre todo franceses. Espero que los programas que estén presentes tengan la oportunidad de ser vistos por un público más amplio que el presente en Biarritz. Al principio hay que ser entusiasta y luchar para seguir siendo entusiasta. Espero que, y no por mis cualidades personales sino por los jóvenes, que el público tenga una mirada más exigente y haya más posibilidades para los programas presentados aquí.

Para terminar, ¿podría hacer un pequeño retrato artístico de lo que podremos encontrar en esta edición de Fipa?

Siempre ocurre que, una vez echa la selección (lo he visto en todos los festivales en los que he trabajado), se ve que hay hilos rojos, temas que recorren el festival y que no teníamos en la cabeza en un principio. Es como si el programa tomase vida él solo, y con esa vida tuviese ganas de decir cosas. Estos temas se entrecruzan entre la realidad y la ficción. Los realizadores de documentales interrogan la realidad y nos obligan a mirar problemas que en la vida cotidiana hemos dejado fuera.

Uno de esos temas es por ejemplo la situación de los inmigrantes en Europa. Hay documentales que nos muestran la situación de los inmigrantes africanos y de Europa del Este. Estoy pensando en la realizadora Ariane Ascaride con su trabajo «Ceux qui aiment la France», donde muestra la situación de los inmigrantes sin papeles. En otra película, «Clandestin», se trata el problema de la inmigración africana sin esperanza.

Los documentales dibujan la historia. Algunos tratan de hacer entender lo que ocurrió en el pasado siglo XX, que desgraciadamente fue el siglo de las dictaduras. Se presentan documentales que hablan del nazismo, y de las docenas que he visto he elegido tres que tienen miradas muy diferentes. Uno de ellos, «La ville caché», nos permite descubrir el interior de Lintz, en donde hay catorce kilómetros de túneles hechos para proteger el germen de la nueva Alemania.

Las preocupaciones sobre lo que está pasando en nuestro planeta también están presentes. Es la diferencia entre los países llamados «civilizados» y los países que tienen grandes problemas para sobrevivir. Hay un documental muy interesante que se llama «Un dolar pour une vie». Un dolar es precio actual del medicamento para curar el paludismo.

Por último, he descubierto que la fuerza del audiovisual está en ciertos países. Cada año hay países que atraen la atención porque hay cosas diferentes en su programación. Es por ello que he elegido tres programas de cada país. Un país es Israel y el otro país que me ha sorprendido ha sido China.