Los cinco detenidos la madrugada del martes en Ondarroa, Gizaburuaga, Deba y Mutriku siguen incomunicados en manos de la Ertzaintza. El Departamento de Interior de Lakua no aportó ayer ningún dato más sobre la operación policial desarrollada en Bizkaia y Gipuzkoa y se limitó a señalar que la investigación continúa abierta.

Asier Badiola, Xeber Uribe -ambos arrestados en Ondarroa-, Ibon Iparragirre, detenido en Gizaburuaga, el mutrikuarra Jabi Zubizarreta y el vecino de Deba Jon Iñaki Esnaola, están acusados, según aseguró el consejero de Interior de Lakua, Rodolfo Ares, de formar parte «de un talde de `legales'» de ETA. En concreto, señaló que estarían implicados en el ataque contra la comisaría de Ondarroa llevado a cabo en setiembre de 2008, la voladura den un repetidor en Azpeitia y un ataque contra maquinaria del TAV.

El Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional española que dirige el juez Eloy Velasco ni siquiera contestó ayer a la petición realizada por los abogados de los detenidos para que adopte medidas que eviten que puedan ser objeto de malos tratos en dependencias policiales, aludiendo a que les han sido asignados abogados de oficio por estar incomunicados.

El movimiento pro amnistía indicó que reclamaron al juez que los detenidos sean grabados constantemente, los familiares permanezcan informados y que puedan ser visitados por médicos de su confianza.

En la nota remitida por el movimiento pro amnistía se daba a conocer también que los familiares vieron que Ibon Iparragirre fue trasladado con heridas en la cabeza y en la frente. El secretario judicial les explicó que Iparragirre intentó escapar y que, por eso, presentaba heridas. Al parecer, también habría perdido el conocimiento durante algún momento.

Gotzon Iparragirre -hermano del detenido- señaló a GARA que los familiares no tienen ninguna información sobre la situación en la que se encuentran los detenidos. En el protocolo que tiene la Ertzaintza para las personas detenidas en régimen de incomunicación existe un teléfono para atender a los familiares. Sin embargo, Iparragirre señaló que tan sólo le han dicho que su hermano se encuentra «en buen estado».

Dos pistolas, no una

Iparragirre insistió en denunciar que el registro de la casa de su hermano se realizó de forma «irregular». Explicó que entre las 5.00 y las 6.30 de la mañana, la Ertzaintza registró el domicilio sin secretario judicial y sin testigos. Según dijo, después estuvieron en su casa -que se encuentra al lado de la otra- desde las 8.00 hasta las 12.00 con el secretario judicial y al concluir fueron a la otra vivienda en la que supuestamente encontraron una pistola en «media hora», ya que tras el primer registro no dijeron nada.

Iparragirre resalta que no se cree que hubiera una pistola en el domicilio de su hermano, ni material para fabricar explosivos y aseguró que un ertzaina le dijo que encontraron dos pistolas «un revólver y una semiautomática bastante obsoletas».

Por otro lado, los dos jóvenes -uno de ellos menor de edad- que fueron arrestados el martes en Ondarroa tras cargar la Ertzaintza contra una manifestación en protesta por las detenciones, quedaron en libertad durante la noche.