Los expertos vaticinan que la crisis entre China y EEUU en torno a la venta de armamento por parte del Pentágono a Taiwán (antigua Formosa) podría llevar al traste los intentos de las potencias occidentales de alinear a Beijing contra Teherán por su programa nuclear.

China ha decidido suspender sus intercambios militares con EEUU y ha anunciado sanciones contra las compañías norteamericanas, una respuesta más contundente que la que tuvo China en una situación similar, en 1998, bajo la Presidencia de George W. Bush. «Desde la crisis financiera, la posición de China se ha reforzado», señala Xu Tiebing, experto chino de Relaciones Internacionales, quien augura que Beijing podría mos- trarse «poco cooperativa» en la cuestión iraní.

Jing-dong Yuan, experto en cuestiones de no proliferación del instituto de estudios internacionales de Monterrey, en California, señala que Washington podría llevarse una decepción en sus esperanzas de que Beijing le apoye en su proyecto de nuevas sanciones contra Irán.

«Desde el punto de vista de Beijing, Washington pide cada vez más la cooperación de China, pero las exigencias de China respecto a lo que considera como cuestiones de interés nacional (entre otras, Taiwán), no encuentran ningún eco», afirma.

Peso mundial

Los expertos discrepan sobre la capacidad real de Beijing de imponer sanciones concretas a empresas estadounidenses. Pero en lo que están de acuerdo es en que la tercera -para muchos ya la segunda- economía del planeta, con su inmenso mercado y su potencial económico, tiene un creciente poder e influencia en el mundo.