Existen aspectos azarosos que intervienen de manera incontrolable en la relación de los programas con las audiencias. Hay personas telegénicas, otras que provocan una suerte de rechazo de bajo perfil imperceptible, otras que por mucho esfuerzo no logran pasar esa barrera intangible entre la pantalla y el que está mirando y armados de un mando a distancia. Son asuntos de muy difícil detectación, que en ocasiones no tienen solución. Por lo tanto no es suficiente con tener conocimiento de un tema, preparación sobrada, voluntad mostrada, capacidad demostrada y estilo buscado, si al final uno de esos elementos intangibles te van desmontando todo el esfuerzo.

Estoy pensando en «Robin Food», que con el subtítulo inteligente de «Atracón a mano armada», ha colocado en su parilla ETB-2. Lo dirige y presenta David de Jorge, simpático, afable, comunicativo, tierno, su figura oronda ayuda a crear esa empatía secreta entre quines tienen problemas de peso y quienes se ofrecen en canal sin prejuicios, además que le da la credibilidad imprescindible a su programa, es un cocinero que, por lo visto, come que da gusto. Y le aprovecha de manera ostensible. Para marcar el juego diré que me cae bien. No se trata de ningún problema de rechazo inconfesable, pero su espacio debe mejorar mucho, pero muchísimo, para que no quede convertido en uno más de las docenas existentes sobre la materia.

Y decía que no es suficiente con ser buen cocinero, de acompañarse de Martín Berasategi, de proponer recetas para todos los niveles, realizadas en una cocina normal, no profesional, reconocible por todos. Le falta ese pellizco que no se aprende, que es difícil de adquirir. Lo dijo el otro día mencionando al «maestro Carlos Argiñano», él es un monstruo televisivo. Podría estar cocinando guijarros de río con cagaditas de oveja latxa y seguiría atrapando al telespectador. Y el bueno de David no tiene esa facultad desarrollada. Es cercano, lo intenta, pero la realización comete tantos errores de principiante y de no conocer el género como mantener planos medios del cocinero y no de los fogones, la cocina y así. Si no se engancha con las audiencias, lo demás es insuficiente.