El vicecanciller alemán y ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, propuso en el día de ayer la creación «a largo plazo» de un Ejército europeo, mientras su homólogo ruso, Serguei Lavrov demandó a Occidente una nueva arquitectura de seguridad europea vinculante.

Durante sus respectivas intervenciones en el debate sobre el futuro de la seguridad europea en la 49 Conferencia de Seguridad de Munich, ambos subrayaron que la cooperación es la base para la seguridad en Europa.

«El objetivo a largo plazo es la organización de un Ejército europeo bajo control parlamentario», explicó Westerwelle ante los 300 estadistas y expertos en seguridad y defensa reunidos en la ciudad alemana.

«La Unión Europea debe hacer justicia a su papel político como actor global. Debe de poder gestionar las crisis independientemente y debe poder actuar rápidamente, flexible y unida», remarcó.

Guido Westerwelle afirmó que dicha gestión de las crisis no traerá consigo «la sustitución de otras estructuras de seguridad. Más Europa no va dirigida contra nadie. Nadie debe temer a Europa, pero cualquiera debe confiar en Europa», sostuvo.

Nuevo modelo

Durante su intervención, el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, urgió nuevamente a Occidente a diseñar una nueva arquitectura de seguridad europea, una propuesta que hasta ahora no ha tenido mucho eco en el «bloque» occidental.

El jefe de la diplomacia rusa destacó que tras la caída del Telón de Acero, en Europa no sólo se mantuvieron las líneas divisorias de antaño sino que la OTAN incluso las desplazó hacia el Este.

Subrayó que mientras en Europa siga sin respetarse el principio de la indivisibilidad de la seguridad, por el que ningún país puede garantizar su seguridad a costa de la seguridad de otro, no podrá haber una cooperación real en todos los ámbitos.

Lavrov citó al incursión de Georgia en Osetia del Sur y el conflicto de Kosovo como ejemplos de la incapacidad de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y de la violación dicho principio de indivisibilidad.

El plan del Kremlin, sugerido en 2008 y recogido en un borrador el pasado noviembre, busca reforzar la seguridad mutua entre todos los países que acepten firmar el tratado propuesto por Moscú, pero los detractores de la iniciativa consideran que ciertos apartados contravienen acuerdos de seguridad vigentes.

Para Lavrov, el plan lograría «modernizar» las relaciones con Occidente, ya que «apenas se puede calificar de normal una situación política y militar en la zona euroatlántica que está muy retrasada respecto de los actuales procesos tecnológicos, comerciales y de inversión, y que va en contra de la llamada de los tiempos».