Kim sorprende en Iruñea con la desgarradora «American Alley»
Por su parte, Yonatan Haimovich presenta «Fragments», un viaje personal hacia la infancia perdida, en el que se retrata la vida de israelíes venidos desde rusia, que compite en la sección oficial del festival Punto de Vista. El argentino Pablo Baur, defendió su corto «El conserje».
Aritz INTXUSTA |
La directora surcoreana Dong-ryung Kim conmovió ayer al festival Punto de Vista con la fuerza y la crudeza del testimonio sobre la inmigrantes que se prostituyen en su país con soldados norteamericanos. La película de Kim, «American Alley», se exhibió ayer en Iruñea junto con otro largo en competición, «Fragments», del israelí Yonatan Haimovich, y el cortometraje «El conserje», que firma el argentino Pablo Baur.
«American Alley» es el nombre popular del suburbio de clubes de alterne pegado a la base estadounidense de Dongducheon. Según explicó Kim, el filme aborda un tema «tabú» en su país, donde la población considera a «los soldados americanos sus salvadores» después de la guerra de Corea. «Todo el mundo sabe qué ocurre al lado de la base americana, pero nadie se atreve a hablar de eso en público», relató la surcoreana afincada en Francia.
El filme, primer largo documental de Kim, está compuesto de 90 minutos de testimonios terribles, recogidos a lo largo de varios años, y sorprende tanto por la dureza como por la confianza con la que estas mujeres interactúan con la cámara y la directora. «Comencé a trabajar en una organización feminista que apoyaba a estas mujeres. Las ayudaba a escapar de los clubes de alterne refugiándolas en el hospital o pisos de acogida, les echaba una mano cuando necesitaban un aborto... En un año, había ayudado a más de 200 mujeres. Todo el barrio me conocía y, finalmente, grabé con libertad tanto en sus casas como en los locales», explicó Kim.
En un principio, en Dungcheon, eran las prostitutas surcoreanas las que complacían a los americanos para ganarse la vida, pero a partir de 1995 «comienza a haber un flujo de mujeres rusas y filipinas». La directora refleja esta realidad a través del contraste entre una coreana tan vieja que no puede salir de casa y las nuevas habitantes del barrio, llegadas de Rusia, Uzbekistán y Filipinas.
Rusos israelíes y un conserje
Yonatan Haimovich presentó a competición «Fragments», un largometraje que recoge las historias de varias generaciones de judíos rusos en Jerusalén. Lejos del mensaje crítico de Kim, Haimovich presenta a concurso un viaje personal al edificio de Jerusalén donde fallecieron sus padres. La película, de cincuenta minutos, relata los cambios «entre el edificio de donde guardo mis primeros recuerdos» y el barrio ultraortodoxo actual.
El director explicó su película como «algo íntimo, relacionado con mi espíritu y mi alma». Haimovich, no obstante, también busca «retratar la inmigración en Israel, descubrir cómo eran sus casas, cómo era su modo de vida», omitiendo el problema israelo-palestino que sacude esta esquizofrénica ciudad. Según el autor, «Fragments» debe leerse como «una exploración de mí mismo o de cómo cambia la realidad».
Por su parte, el cortometraje «El conserje» refleja 20 minutos de la vida de un conserje de un edificio de oficinas de Barcelona. Pablo Baur explicó cómo le llamó la atención «la cotidianidad» del personaje. Atraído por la figura de este meticuloso sujeto, Baur va enlazando los detalles comunes que encuentra entre Antonio, el conserje, y su propio padre.
El Festival Punto de Vista lanzó ayer toda una batería de pequeñas joyas en homenaje al realizador francés Jean Vigo: ocho cortos en los cines Saide y otros siete en Golem Yamaguchi. Mientras, los experimentos audiovisuales de la Región Central continuaron con «The Anchorage». Por otra parte, ayer, segundo día del festival, llegó el primer acercamiento de una de los miembros del jurado, Alisa Lebow, con la proyección de «Treyf» (lo que no es kosher, en yidish) relata la vida de las directoras del filme, dos lesbianas judías. La cámara les acompaña mientras buscan entre Jerusalén y Nueva York una identidad judía progresista y laica. Por otra parte, la retrospectiva sobre Jem Cohen, uno de los grandes protagonistas de la edición, prosiguió con uno de sus principales trabajos, «Chain», retrato de la vida cotidiana de dos mujeres estadounidenses. Cohen, que lleva en Iruñea varios días, se ha comprometido a grabar una pequeña pieza sobre la vida en la capital de Nafarroa y a primera hora de la tarde pudo vérsele en el quiosco de la plaza del Castillo tomando planos en celuloide.
A.I.
«Fragments» retrata el modo de vida de los judíos de origen ruso en Jerusalén. Haimovich no quiso hablar, ni en la película ni en la rueda de prensa, de la situación de los palestinos en la ciudad.
