El Tribunal de Gran Instancia de Baiona ordenó ayer la inmediata puesta en libertad del ciudadano marroquí, casado con una mujer residente en Bilbo, que desde el día 21 de enero permanecía detenido en el Centro de Internamiento para Extranjeros de Hendaia.

Esta persona fue ingresada en este centro tras ser «expulsada» desde Irun cuando regresaba a su domicilio en un tren procedente de París, donde había estado visitando a unos familiares. La Policía española le impidió seguir el camino y la Gendarmería francesa estuvo a punto de deportarlo a Marruecos.

Su abogado, Javier Galparsoro, recurrió esta situación ante un juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Donostia, que ordenó que se le permitiera regresar, ya que se encuentra a la espera de una sentencia sobre la concesión de la tarjeta de residencia. El letrado, que ha contado con la colaboración de Cimade, denunció que su defendido «ha permanecido recluido inexplicablemente y en deplorables condiciones».