Liga ACB
Tocados y hundidos al primer golpe
Los de Laso suman su séptima derrota consecutiva. Unicaja apretó en defensa en el segundo cuarto y Lagun Aro se quedó sin ideas.
UNICAJA 97
LAGUN ARO GBC 72
Arnaitz GORRITI
Definitivamente, Lagun Aro Gipuzkoa Basket está sumido en un mal momento. Muy malo. Tan, tan malo, que se viene abajo a la primera dificultad; se hunde nada más recibir el primer revés y luego no halla la manera de darle la vuelta. No habrá dinero de sobra para tirarlo en fichajes o en cambios drásticos, pero desde luego que por este camino el abismo asoma cada vez más cerca.
Y eso que el encuentro comenzó igualado. Unicaja, que recibió una respuesta muy fría de un Martín Carpena muy escamado con la irregular actuación de los suyos, tanto en la ACB como en la Euroliga, venció con relativa facilidad después de apretar las clavijas en defensa. Punto. No hizo falta que Aíto García Reneses sacara el «recetario» de soluciones tácticas -tampoco es que el horno esté para bollos-. Los andaluces apretaron en defensa después del 24-22 con el que terminó el primer cuarto, y esa solución, tan vieja como el propio juego, bastó y sobró. Si hasta ese momento Sergio Sánchez mantenía con vida a los de Laso gracias a sus puntos, su caudal se agotó. El número de pérdidas de balón empezó a crecer a la par que la ventaja malagueña. Los de Aíto se gustaban repartiéndose las mieles anotadoras, con Freeland y Jiménez destacados en la primera mitad. Tras un parcial de 24-13, el marcador al descanso marcaba un 48-35 muy poco prometedor para las huestes guipuzcoanas.
Sin noticias de la defensa
No es por criticar gratuitamente a nadie, que conste, pero la defensa de Lagun Aro GBC dejó demasiado que desear en todo el partido, cosa que es grave en sí mismo, y más cuando Pablo Laso se define como un «entrenador defensivo».
Y es que Unicaja no tuvo problemas en seguir aumentando su ventaja, con la clara idea de congraciarse con su público tras el desastre europeo ante el Prokom. Liderados por Juan Dixon y los buenos minutos de Printezis y Archibald, el ataque local hizo carne cada vez que quiso. Si no acertaban desde fuera, bien a base de penetraciones, bien a base de segundos esfuerzos lograban aumentar la brecha. Lagun Aro lograba responder de la mano de Ignerski o de Rai López, que no lo hizo mal en su regreso a casa. El duelo quedaba decidido al final del tercer cuarto, tras un parcial de 25-16.
Los últimos diez minutos sirvieron para que todos pudieran jugar y certificar el 97-72 final.
Tras la séptima derrota consecutiva, las carencias de Lagun Aro GBC quedan a la vista y los puestos de descenso más cerca. El próximo partido de Illunbe, ante el Murcia, será una final que más vale que ganen los donostiarras.
Tres parciales de 24 puntos y uno de 25. La defensa de Lagun Aro GBC está haciendo aguas. A ello hay que sumarle 16 pérdidas y 14 rebotes ofensivos, que posibilita encajar otro montón de puntos fáciles.
La jornada de ayer tenía un morbo especial, y es que Ricky Rubio regresaba al Palau Olimpic, pero vestido de azulgrana -más bien de color salmón-. A pesar del griterío que lo acompañó durante los 40 minutos, el base de El Masnou impuso el ritmo que más le convenía al Barcelona y lideró la fácil victoria blaugrana por 57-81. Rubio anotó 7 tantos, a lo que añadió 6 asistencias y 2 rebotes, para una valoración de 14, sólo superado por su compañero de equipo Roger Grimau.
El triunfo barcelonista no corrió peligro en ningún momento, ya que los de Xavi Pascual abrieron brecha desde el principio, acabando el primer cuarto con un incontestable 14-27. Clay Tucker no era el de las mejores tardes -de hecho, no iba a jugar, pero Sito Alonso quiso emplear al capitán verdinegro como golpe de efecto anímico- y la Penya, por mucho que fuera espoleado continuamente por las más de 11.000 almas que llenaban el Palau Olimpic, jamás aspiró al triunfo.
No obstante, el derbi de ayer sirvió para ver los primeros destellos de una nueva -la penúltima, siempre la penúltima- perla badalonesa: el base de 18 años Josep Franch, nacido en 1991, que se permitió el lujo de tutear a todo un Ricky Rubio en el último cuarto. Franch anotó 7 puntos, capturaría 5 rebotes, daría 3 asistencias y recuperaría otros 3 balones, para una valoración de 12.
En el último período los locales dieron sus últimos coletazos al endosar un parcial de 10-1 al cuadro culé y obligar a Pascual a sacar a sus titulares para cerrar el partido. La entrada de Navarro, Fran Vázquez y Grimau valdría para sumar la decimonovena victoria culé.
Mientras, en el último partido de ayer el Valencia Basket se paseó ante el Granada. Desde luego, el 87-67 lo dice todo. Nando De Colo, máximo anotador del choque con 29 puntos y principal valorado con 37, fue quien llevó el mando de las operaciones, superando ampliamente a los bases nazaríes. Al buen hacer del director galo se le unió la batería interior taronja, con Nielsen, Perovic y Lishchuk campando a sus anchas.
Mientras, el único jugador granadino que se salvó de la quema fue el pívot Richard Hendrix. Por lo demás, los de Trifón Poch sucumbieron desde el primer momento, ya que fueron incapaces de imponer su ritmo y presentaron unos porcentajes de tiro horribles, a lo que sumaron hasta 23 balones perdidos, de modo que debieron volver a su casa con una sonrojante paliza en el zurrón.
A. G.
