El Naturhouse La Rioja se impuso con más facilidad de la que nunca imaginó en Ipurua, después de un gran partido de los de Logroño ante un Arrate errático que en los primeros treinta minutos tiró por la borda cualquier posibilidad de puntuar.

El Arrate, muy impreciso en ataque y obcecado por buscar al pivote, favoreció las recuperaciones y contras de su adversario, que a los 10 minutos ya le doblaba en el marcador (4-8) y provocaba el tiempo muerto de Julián Ruiz. Los guipuzcoanos lo tenían perdido y era difícil empeorar su rendimiento, con la primera línea casi inédita, de manera que en la reanudación mejoraron en defensa y empezaron a ver la portería que, hasta entonces, había ocultado un agigantado Aginagalde.

En siete minutos se pasaba del 13-23 al 19-24, con un parcial de 6-1, y hasta José Javier González debió ponerse nervioso, si bien un toque de atención a los suyos en un tiempo muerto y un par de goles de Tioumentsev, acertado en la segunda mitad, cortó de golpe la reacción de los de Eibar y allanó el camino hacia la victoria de los suyos y la derrota local en la recta final.