La Real dio continuidad en Murcia a la falta de juego de los últimos partidos y con destacar que Bravo fue el mejor del partido con diferencia hay que dar por bueno un punto que sólo parece peor por los resultados de los dos encuentros anteriores de Anoeta. De haberlos ganado el empate sería maravilloso, pero no los venció y, por suerte, este equipo no había encadenado esta temporada tres partidos sin ganar y eso motiva que la lectura del partido cambie mucho.

Porque el partido de ayer no fue ni mejor ni peor que los ganados en Castellón o Vigo o el empatado en Villarreal. Porque la línea de juego del equipo no se reduce a los tres últimos encuentros para buscar la ausencia de Xabi Prieto como la razón de un supuesto bajón. Lo que diferenció el encuentro de ayer de las últimas salidas victoriosas es que se ha aparcado una de sus virtudes de esta temporada.

Desde la victoria de Tarragona en la tercera jornada hasta el primer partido de este año en Villarreal, la Real jamás dejaba empatar a su rival cuando se ponía por delante. Sin embargo, en tres de los cuatro partidos de este 2010 en los que se ha puesto por delante ha permitido a su rival empatarle enseguida.

Ahí estuvo la clave del partido de ayer, porque la Real sin merecerlo se puso por delante en un gol afortunado de Bueno, que vio cómo le golpeaba un centro de Carlos Martínez en el muslo y entraba en la portería de Elía inmediatamente después de que Bravo se luciera en un remate claro de Chando.

Parecía que lo más difícil estaba conseguido porque el Murcia demostraba sus problemas para crear fútbol, que se manifiestan más en casa cuando los rivales no le conceden espacios para aprovechar la velocidad de sus jugadores más adelantados.

Pero en lugar de aguantar los minutos siguientes, permitió enseguida que Bruno pusiera a prueba a Bravo y que el mismo jugador lanzara una falta que golpeó de manera desafortunada en Labaka y entró en la portería realista. Curiosamente fue a partir de ese instante cuando la Real estuvo mejor, pareció que el Murcia se conformaba con el empate, pero en los últimos minutos Capdevila, Luque y Bruno tuvieron tres claras ocasiones que obligan a dar por bueno el empate, por mucho que no ganar provoque que el Numancia quede a ocho puntos y el Nástic a nueve. Y hoy lo mejor que puede pasar es que se registren empates en los duelos directos entre Betis y Hércules y Cartagena y Rayo y habrá que esperar que el Levante pierda en Cádiz, aunque mal hará la Real si se preocupa de lo que hacen los demás y no analiza lo suyo.

Sin fútbol en el centro del campo

El principal problema de la Real no es la ausencia de su banda derecha titular, sobre todo de Xabi Prieto, sino la falta de fútbol en su centro del campo que se ha manifestado, salvo partidos puntuales de Anoeta, desde que se ha apostado por un doble pivote con Rivas y Elustondo.

Lasarte siempre ha considerado al beasaindarra como uno de sus jugadores más importantes, pero apostar por él obligaba a sacrificar a Rivas porque la posición en la que se siente cómodo es la que éste ocupa más cerca de los centrales. Se ha empeñado en mantener a los dos y al final Elustondo tocó fondo a nivel de confianza ayer cuando es un jugador que tiene calidad para ser muy importante en la Real.

Ayer Lasarte tenía una buena oportunidad para relegarle al banquillo porque recuperaba a Zurutuza y había tenido una semana complicada o para darle un partido sin Rivas a su lado. Pero volvió a mantener la pareja habitual y pareció, de entrada en ambos tiempos, querer colocar a Elustondo en la derecha más retrasado en el puesto que solía ocupar Rivas para ayudarle a recuperar su juego. Claro que, bien por decisión del técnico o por la propia inercia, Rivas al final jugó donde se siente cómodo y Elustondo deambuló con una falta de confianza que le llevó a fallar pases claros sin que el estado del césped los justificara.

En lugar de hundirlo hay que apoyarle ahora, máxime cuando Zurutuza tampoco pudo aguantar más de 45 minutos y Lasarte no ve muchas opciones para su centro del campo porque Markel y Rivas no van a mejorar en la creación si forman el doble pivote y ni Nsue ni Sergio ni Griezmann han convencido al técnico en sus múltiples pruebas para buscar una solución al eterno problema en el que se han convertido los problemas de su medio punta favorito.

Ayer sí estuvo en el primer tiempo y con él no mejoró el centro del campo. En esos 45 minutos en sólo tres ocasiones combinaron los medios centros con los cuatro jugadores más adelantados. En las otras doce ocasiones en las que la Real intentó iniciar una jugada de ataque fueron los defensas los que tuvieron que buscarlos con balones largos que se perdían.

Tampoco el campo ni el Murcia invitaban a elaborar el juego en el centro. Muchos no se explican por qué llevan toda la temporada los granotas en zona de descenso, pero su problema es parecido al de la Real. Mejía y Bruno aportan poco en la creación y todo lo fían a la calidad y velocidad de sus cuatro jugadores más adelantados, sobre todo cuando juegan a la contra.

Así Isaac propició el primer susto de la tarde a la Real en una contra en la que remató raso fuera en el minuto 4. Luego fue Nsue el que respondió con una volea tras un saque de banda. Otro disparo sin mayor peligro de Capdevila y un centrochut de Aranburu que Elía envió al corner fue lo poco que se pudo rescatar de una primera parte que resultó muy aburrida.

En una ocasión en la que Rivas se animó a subir el balón jugado por la banda derecha con el apoyo de Carlos Martínez llegó la jugada del gol de Bueno en el comienzo del segundo tiempo y la Real falló en lo que ha sido su mayor virtud, mantener su portería a cero y sacar el máximo provecho a sus goles. En los seis partidos de este año sólo lo ha conseguido en Vigo y tras conceder al Celta opciones suficientes para empatar. Ayer el Murcia tuvo más y mejores oportunidades y por eso hay que dar por bueno el punto ante un partido clave contra el Nástic, el mejor visitante de la categoría. Será importante ganarlo para aparcar todas las dudas.