Son muchos los partidos que se marcan en rojo en el calendario y otros tantos los motivos para hacerlo. El Real Unión tiene unos cuantos argumentos para subrayar el de esta tarde casi hasta gastar el rotulador.

Para empezar que, por muy larga que sea la temporada, las jornadas van cayendo, los márgenes de error se estrechan y la distancia de los blanquinegros con el 18º clasificado sigue siendo preocupante. También, en un plano más positivo, porque con la visita del Albacete arranca un mes de febrero con tres choques en el Stadium Gal, donde los hombres de Iñaki Alonso quieren hacerse fuertes para que tanto sufrimiento tenga final feliz. Y, desde luego, porque el pasito que se dio la semana pasada en Huelva, poniendo fin a tres jornadas en negativo, quedaría en nada en caso de derrota, pero se convertiría prácticamente en una zancada si el Real Unión lo empalma con un triunfo. Como remate, el rival, que mantendría una renta de cinco puntos aún cayendo en Gal, pero al que los irundarras meterían definitivamente en su pomada, ahondando además en una pequeña crisis que ha llevado al Albacete a acumular cinco jornadas consecutivas sin conocer el triunfo.

¿Cómo hacer que tanta marca y subrayado llegue a buen puerto? Pues, según Iñaki Alonso, dando continuidad a las sensaciones que está ofreciendo un equipo que «transmite confianza», pese a que los resultados no le acompañen. En este caso, lo de la continuidad puede tomarse al pie de la letra, porque el técnico incluso podría repetir en casa la línea de cinco defensas que ha utilizado en los dos últimos desplazamientos. Claro que en buena medida dependerá de la situación de Danilo Gerlo, que arrastra problemas físicos y será duda hasta el último momento.

Además de lo que ofrezca el equipo sobre el césped -el entrenador vizcaino tiene claro que, como mínimo, «los jugadores se van a partir la cara»-, Alonso también confía en el apoyo de la afición como un plus, como todos a estas alturas y en estas circunstancias, trascendente. «Necesitamos jugar con doce», reconoció.

Con confianza llega, por su parte, el rival, pese a que ha sido incapaz de ganar -cuatro empates y una derrota- en las cinco últimas semanas. Pero en Albacete están convencidos de que el equipo está jugando cada vez mejor y acabará encontrando recompensa.

Pese a esa percepción, es probable que Julián Rubio introduzca cinco cambios, incluyendo el regreso al once de Tarantino y Sousa, sancionados la semana pasada.