El economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Jürgen Stark, se mostró ayer radicalmente en contra de que los países miembros de la Unión Europea (UE) concedan ayudas bilaterales a Grecia para ayudar a ese país a superar su crisis financiera.

«Muchas de las ideas que se mueven son contraproducentes o difícilmente armonizables con las bases y los principios de la unión monetaria», señala Stark en una entrevista adelantada ayer por el semanario alemán «Der Spiegel».

Añade que el Gobierno griego debe poner su casa en orden y su actuales medidas son «el mínimo absoluto que se debe aplicar ahora y será necesario hacer más aún a la vista del claro empeoramiento de la situación». Asimismo, desestima la emisión de bonos en beneficio del país heleno ya que esa medida «no resolvería en absoluto del problemas estructurales de naciones como Grecia».

Tras advertir de que podría producirse una subida de los intereses en los países de la Eurozona que han llevado a cabo una administración razonable, Sark rechaza también ayuda del FMI. «No lo considero adecuado para reconducir a Grecia al camino de la administración sólida de los presupuestos», afirma.

A la vista de los acontecimientos y de la experiencia griega, aconseja que a la hora de admitir nuevos miembros en la eurozona que se mire con lupa sus datos económicos y financieros.