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Vancouver 2010 Esquí Alpino

Lindsey Vonn y Carlo Janka, llamados a bañarse en oro

El suizo prefiere el eslalon gigante, mientras que la norteamericana es la mejor en pruebas de velocidad.

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GARA | VANCOUVER

La estadounidense Lindsey Vonn, reina de la velocidad, y joven suizo Carlo Janka, en liza para cuatro medallas, constituyen las atracciones mayores de las competiciones de esquí alpino de los Juegos de Invierno. Junto a ellos hay que contar con valores seguros entre los que se van a bañar en oro, sobre todo en la selección de Austria.

Doble campeona del mundo en febrero de 2009 en Val d' Isere, Vonn parece intocable en sus disciplinas predilectas, donde aparte de su talento parece poseer un blindaje de confianza acumulado desde hace ya tres temporadas.

Con sus esquíes de hombre, su preparación física y su profesionalidad, esta mujer es una perfeccionista. Detrás de la sonrisa permanente «hay mucho trabajo», repite una y otra vez. Habrá que ver la evolución de la lesión que se produjo en su pierna derecha el pasado día 2, cuando entrenaba en Austria. «El dolor amaina», comentaba ayer mismo.

Vonn sólo atisba rivales en la alemana Maria Riesch -su amiga y principal amenaza-, o la sueca Anja Pärson. Tal vez la meteorología pudiera traicionar a la favorita, más incluso que la inspiración de sus adversarias.

«Al principio de una carrera cada una quiere ganar, pero una vez atravesada la meta, nos apoyamos mutuamente. Es así como funciona la amistad», subraya Lindsey Vonn sobre Riesch. «Prácticamente tenemos la misma vida, podemos hablar de las mismas cosas, nos comprendemos», afirma.

Por su parte, Riesch recita la misma copla. «Nuestra rivalidad no tiene nada ver con nuestra amistad. El esquí es una cosa, la vida privada es otra. Evidentemente, es un poco más difícil para mí que para ella. Porque la mayoría de las veces, Lindsey es mejor que yo. Debo respetar esto, pero trabajo mucho para reducir la diferencia».

Escribiendo en la nieve

Mientras, en categoría masculina brilla con luz propia el suizo Carlo Janka. Hierático bajo su gorro, Janka prefiere escribir con sus esquís. El deportista de 23 años estará en la pista en los Juegos disputando las medallas en cuatro disciplinas -descenso, supergigante, supercombinada y gigante- y parece que algún metal dorado caerá sobre su pecho irremediablemente.

De maduración regular y discreta, fiel al estilo del personaje, la carrera del esquiador de Obersaxen ha ido in crescendo continuamente. Entre los juniors se llevó sólo una medalla, de bronce en eslalon gigante. En Copa del Mundo se enteró despacio del oficio: a los 20 años, vigésimo del gigante de Alta Badia; con 21 años, noveno del gigante de Whistler; a la edad de los 22, campeón del mundo a Val d' Isere en su disciplina de preferida.

Mauro Pini, uno de los entrenadores del equipo suizo, encuadra la magnificencia del personaje sobre el plano técnico: la homogeneidad en los movimientos, la fluidez del estilo, la rectitud de las líneas.

«Hasta cuando lo ves moverse sin esquíes, hueles que estás en contacto con alguien especial. Es como Lara Gut. Suiza tiene suerte de tener de tales talentos», subraya el técnico.

«Su forma de ser y de esquiar siempre ha sido así. Estando un poco protegido, particularmente para la prensa, pudo crecer y desarrollar su forma de esquiar sin demasiada presión», explica Pini, quien ve en Janka algo así como la semilla de Kjetil Andre Aamodt, el noruego que se colgó 20 medallas de todos los colores entre Juegos Olímpicos y Mundiales. Un campeón que esquiaba y volvía a ser ordinario una vez la superaba la meta.

Y es que Jänks no es Hermann Maier, una máquina fría de ganar. Al esquiador suizo le afectó terriblemente el accidente de su compañero de equipo Daniel Albrecht, que permaneció en el coma durante tres semanas en consecuencia de una caída terrible a Kitzbühel en enero de 2009. Quizá esté ahí su mayor vulnerabilidad.

Accidente mortal del georgiano Kumaritashvili en los entrenos de luge

El georgiano Nodar Kumaritashvili falleció ayer tras sufrir un terrible accidente mientras tomaba parte en la segunda sesión de entrenamientos para la prueba olímpica de luge masculino (trineo con las piernas por delante) en la rapidísima pista de Whistler.

Kumaritashvili perdió el control de su trineo a alta velocidad, salió despedido fuera del trazado cuando se aproximaba a la última curva y acabó golpeándose violentamente contra un pilar metálico de la instalación.

Inconsciente y con el rostro ensangrentado, tras ser sometido a maniobras de resucitación -masaje cardíaco y respiración boca a boca-, el atleta georgiano, de 21 años, fue trasladado en ambulancia a un centro médico, desde el que poco después informaban de su fallecimiento.

Se estima que en el momento del accidente Kumaritashvili iba a unos 145 kilómetros por hora sobre una pista que está considerada como la más rápida y la más exigente jamás construida. El jueves, la rumana Violeta Stramaturaru tuvo que ser llevada al hospital tras sufrir fuertes golpes.

El entrenamiento fue enseguida suspendido -se produjo pocas horas antes de la Ceremonia de Inauguración-, y los directivos de la Federación Internacional de Luge fueron convocados a una reunión con los responsables de los equipos de cada estado para evaluar la situación.

Kumaritashvili había competido en cinco carreras de la Copa del Mundo de luge de esta temporada y ocupaba el puesto 44 del ránking mundial. GARA

descenso hombres

La prueba de descenso masculino es la encargada de abrir boca. Se disputa esta noche a partir de las 20.45 (hora de Euskal Herria), y en ella tomará parte el donostiarra Paul de la Cuesta.

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