La ópera electrónica en torno al personaje y las ideas de Darwin compuesta por The Knife
«Tomorrow, in a year», una ópera basada en Darwin, compuesta por el dúo de música electrónica The Knife, ha sido presentada ya en cinco países desde su estreno el pasado setiembre y está generando una gran expectación entre los aficionados a ambos géneros.
Mikel CHAMIZO I
La ópera vive un buen momento. El mercado se reduce cada vez más para las orquestas sinfónicas, que no consiguen renovar su público, con todos los problemas económicos que ello conlleva y que sitúan al borde de la quiebra hasta a las instituciones más importantes -los casos de la finalmente abortada fusión de orquestas en Berlín o la huelga de los músicos de la Orquesta de Cleveland por la congelación de sus salarios son los exponentes más recientes-. La ópera, no obstante, sigue en la cresta de la ola de prosperidad a la que se subió en los noventa y, aunque sea un espectáculo carísimo y deficitario, goza de una gran aceptación popular, renueva su público, mueve una selecta porción de turismo y es, además, campo de cultivo para los experimentos escénicos más arriesgados. Su problema es que vive de rentas en cuanto a repertorio. Muchas voces han advertido ya de que las casas de ópera no pueden subsistir eternamente programando Verdi, Puccini y Mozart. Es cierto que en las dos últimas décadas el número de encargos y estrenos de ópera se ha multiplicado exponencialmente. Se compone mucha ópera y algunas de ellas son muy interesantes, pero la desoladora realidad es que muy pocas cosechan un éxito verdadero y perdurable, y las que lo consiguen -casos como «L'amour de loin», de Saariaho, o «Marco Polo», de Tan Dun- no han visto más de cuatro o cinco producciones diferentes en cosa de diez años.
¿Qué está ocurriendo, entonces, para que «Tomorrow, in a year» se esté interpretando en media Europa desde su estreno el pasado mes de septiembre? Compuesta por el grupo de culto de música electrónica The Knife, en colaboración con los también electrónicos Mt. Sims y Planningtorock, la ópera reflexiona sobre el personaje de Charles Darwin, su personalidad, su viaje, sus teorías evolutivas y las repercusiones intelectuales de éstas en las generaciones posteriores. Aunque hasta hace muy pocos días tan sólo se conocía un extracto de once minutos de su música, una especie de terceto bellísimo titulado «Colouring of Pigeons», la producción de los daneses Hotel Pro Forma -una compañía teatral muy dada al misticismo y al esplendor visual de lasers y otros efectos ópticos- ha cosechado llenos hasta la bandera en Copenhage, Genève, Dresde, nuevamente en Dinamarca, en Atenas, y para las seis representaciones que están teniendo lugar este fin de semana en Estocolmo las localidades se agotaron hace semanas. La blogosfera se ha hecho eco ampliamente del estreno de la ópera y existe una gran expectación por poder escucharla entera, algo que desde hace un par de días es posible en la web rabidrecords.com/tomorrowinayear.
Lo más extraño de este éxito es que «Tomorrow, in a year» no es una ópera fácil. Su libreto es denso, incluso abstracto por momentos, y la música es altamente experimental. Sin embargo, hay en ella algo que resulta muy convincente. Uno tiene que desprenderse de los clichés asociados a la ópera para entender que, en pleno siglo XXI, un aria cantada por una voz no impostada, una voz de pop, puede resultar más bella y emotiva que su homónima operística. Y no es que en «Tomorrow, in a year» no se haga uso de la técnica del belcanto. Olof Dreijer, uno de los miembros de The Knife, declaró que cuando se acercó al proyecto no sentía absolutamente ninguna afinidad por las voces impostadas, pero que finalmente terminó amando su sonido. Y es así como se tratan las voces operísticas en «Tomorrow, in a year»: como un sonido hermoso, humano, perdido entre una amalgama de vibraciones electrónicas en constante mutación. Y es al detenerse a reflexionar sobre ese concepto, el de la mutación, la evolución constante de los sonidos que se produce en la ópera, cuando uno se percata de la fantástica interrelación de la música creada por The Knife con la ideas de Darwin sobre las que divaga el texto. Como explica Ralf Chistensen, «`Tomorrow, in a year' es la artística interpretación y la investigación sónica de la evolución, sugiriendo que la vida no suena como serenas armonías divinas en una clara jerarquía, sino como algo siempre cambiante y en expansión, un jacuzzi de ritmos a cámara lenta, de voces e instrumentos peleando por reproducirse, mutar y adaptarse». Un logro fantástico para un grupo de música electrónica que, en su primera tentativa, ha logrado una profundización y revisión del género operístico muy superior al de muchos compositores, entre comillas, «serios».