El colectivo ecologista Eguzki denunció ayer las dos paradas producidas en la central nuclear de Garoña que «ponen en duda la seguridad y funcionamiento con normalidad» de la misma, por lo que reclamó «su cierre inmediato y definitivo».

En un comunicado, pidió «la aplicación del principio de precaución» para paralizar la actividad de esta central y la realización de pruebas de la calidad del aire y el agua del Ebro.

Al incidente del martes, «con supuesta» fuga de agua radiactiva del circuito primario de una válvula de drenaje del circuito de refrigeración de la central, se le sumó el domingo el que durante el proceso de arranque de la parada anterior, la central nuclear «se ha visto obligada a reducir la potencia e inspeccionar su estado».