Se elevan a seis los incomunicados tras una nueva detención en Portbou
El donostiarra Faustino Marcos fue detenido ayer por la Policía española al parecer en la estación catalana de Portbou en posesión de un revólver y abundante material informático, según informó el Ministerio de Interior. Acusan a Marcos de ser militante de ETA. Mientras, los cinco vascos que en estos momentos se encuentran detenidos en manos de la Guardia Civil continúan incomunicados.
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Tras el arresto del supuesto militante de ETA Faustino Marcos Alvarez por la Policía española ayer supuestamente en Portbou, ya son seis los ciudadanos vascos que en estos momentos se encuentran incomunicados en dependencias policiales. Mientras que el bilbaino Ibai Beobide lleva desde el sábado en manos de la Guardia Civil, los hernaniarras Juan Mari Mariezkurrena, Josune Balda y José Camacho Elizondo, y la detenida en Segura, Euri Albizu, siguen incomunicados desde el lunes; mientras, los militares españoles continúan la búsqueda para arrestar a otras dos personas.
Fuentes del Ministerio español de Interior informaron de que la detención del supuesto militante de ETA Faustino Marcos Alvarez (Donostia, 1971) se practicó a primera hora de la mañana de ayer en la estación ferroviaria de Portbou (Girona), en un control «rutinario» de la Policía española. Según las mismas fuentes, el donostiarra portaría en el momento de su detención un revólver Smith-Wesson calibre 38 con 13 cartuchos, tres DNI españoles falsos y dos carnés de identidad francesas, también falsos. Además, también le habrían intervenido un ordenador portátil, cinco lápices de memoria, dos discos duros externos, varios CD y DVD, y cerca de 6.000 euros.
¿Detenido en Portbou?
Al parecer, fue interceptado en un Talgo que partió de Montpellier a las 7.27 con llegada prevista a Portbou a las 9.48. Según Interior, el donostiarra habría sido detenido en torno a las 10.30 en la estación catalana.
Al respecto, y en declaraciones realizadas a Europa Press, el alcalde de Portbou, Josep Antoni Vega, afirmó «tras una reunión de seguridad» que el donostiarra fue detenido en el tren entre Narbonne y Portbou, «y que se le ha bajado en Portbou».
Después de su detención, Faustino Marcos fue enviado a la comisaría de la Policía española en Portbou y a primera hora de la tarde fue trasladado a la comisaría de Barcelona, donde se encuentra incomunicado. Mientras, al respecto de los detenidos por la Guardia Civil, el Ministerio de Interior confirmó ayer que Ibai Beobide se encuentra en el acuartelamiento central de Madrid, mientras que se desconoce el estado y el lugar en el que se encuentran el resto de los detenidos.
Sobre las detenciones y registros que practicó el lunes por la tarde el instituto militar, finalmente fue pasadas las 22.00 cuando la Guardia Civil procedió a registrar la vivienda del barrio bilbaino de Deustua en el que se apostaron desde primeras horas de la tarde. Hasta entonces no consiguieron la pertinente orden judicial. En Larrabetzu, en cambio, no tuvieron óbice alguno para registrar quince viviendas y otras tantas buhardillas y bajeras sin orden judicial alguno y con amenazas contra quienes se lo exigían. La Ertzaintza, además, se mantuvo con material antidisturbios.
Ayer, unas cuarenta personas se concentró en Larrabetzu bajo el lema «Utzi bakean», que al parecer no agradó a la Policía autonómica, ya que les requisaron la pancarta. En Alde Zaharra de Donostia, a su vez, fueron otros tantos los que protestaron por el arresto de Marcos.
En Hernani fueron 350 las personas que se manifestaron ayer contra los arrestos y 300 en Segura. En Hernani, Donostia y Bilbo las protestas serán diarias mientras los detenidos sigan incomunicados.
Torturaren Aurkako Taldea se mostró ayer preocupada por el trato que pudieran estar recibiendo los detenidos, más aún después de haber conocido que el joven bilbaino Ibai Beobide, arrestado el sábado por la Guardia Civil, tuvo que ser asistido en el Hospital Donostia el mismo día.
La nota emitida recalca que ese temor es justificado y para ello, además de traer a colación las 45 denuncias de tortura interpuestas el pasado año, recuerda el testimonio del lizartzarra Peio Olano, detenido por el instituto militar en enero, donde daba cuenta de haber sufrido «salvajes torturas».
A juicio de este colectivo, es la incomunicación la «herramienta que posibilita, aplica y protege» esta práctica, por lo que aclara que mientras este régimen exista nunca se acabará con la lacra de la tortura.
Además de exigir la inmediata implantación de las medidas para la prevención de la tortura, como la grabación de todo el periodo de incomunicación o la asistencia letrada por parte de abogados de confianza, solicitan a instituciones y organizaciones que operan en Euskal Herria que muestren una oposición firme contra la tortura. GARA