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EEUU afirma haber detenido a un líder taliban afgano en Pakistán

Fuentes del Gobierno estadounidense afirmaron a través del rotativo «The New York Times» haber detenido en Pakistán al «número dos» de los talibán afganos, Abdul Ghani Brader. El arresto, que se habría producido hace varios días en Karachi, sería fruto de una operación de la CIA y el ISI paquistaní. Los talibán negaron esta detención, mientras que el ministro de Interior de Pakistán la tildó de «propaganda».

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«The New York Times» informó en su edición de ayer del arresto en Pakistán del líder talibán afgano, Abdul Ghani Brader, considerado el «número dos». Según esta versión, basada en fuentes del Gobierno estadounidense, la detención, fruto de una operación conjunta de la CIA y los servicios de inteligencia paquistaníes ISI, se produjo hace varios días en Karachi.

El rotativo aseguró que la conocía desde el pasado jueves, pero que no la hizo pública por petición expresa de la Casa Blanca, que le pidió mantener en silencio la noticia para no entorpecer la operación.

Sobre el paradero de Brader, indicó que estaría siendo interrogado por agentes de inteligencia de ambos países. Nacido en 1968 en el distrito de Dehrawood, en la provincia afgana de Uruzgan, fue ministro de Defensa durante el régimen de los talibán y, actualmente, estaría al cargo de sus operaciones militares y finanzas.

El director del Pakistan Institute for Peace Studies, Muhamad Amir Rana, señaló a CNN que «es un estratega militar muy preparado. Cuando los talibán estaban en el poder en Afganistán, era el comandante supremo del Ejército y dirigía la campaña contra la Alianza Nacional. Con el mulá Omar fuera de escena, era quien dirigía las operaciones de los talibán».

«Su captura será un duro revés para la moral de los talibán en un momento en que la operación en Helmand está en marcha», añadió.

Un portavoz talibán la negó y aseguró que Brader continúa en Afganistán organizando activamente las actividades militares y políticas de los talibán. «No ha sido capturado. Quieren expandir este rumor para desviar la atención de la gente sobre sus derrotas en Marjah», destacó a Reuters Zabihullah Mujahid.

Otro de los portavoces de la milicia, Muhammad Yusuf Ahmadi, incidió en que «esta falsa e infundada propaganda no tendrá éxito».

Dudas en Islamabad

El ministro de Interior paquistaní, Rehman Malik, no quiso ni confirmar ni desmentir esta noticia, si bien la calificó de «propaganda». «Estamos identificando a todos los que hemos arrestado. Si hay algún gran objetivo, se lo haré saber al país», manifestó a la cadena Dawn.

«Si «The New York Times» da una información, no quiere decir que sea una verdad divina, puede estar equivocado. Pakistán comparte con Estados Unidos información de inteligencia, pero no investigaciones ni redadas», resaltó. «Somos un Estado soberano y, por tanto, no permitiremos que nadie venga y lleve a cabo ninguna operación. Así que esta información es propaganda», resaltó Malik.

El ex director del ISI Hamdi Gul también puso en duda que la detención sea consecuencia de una operación conjunta. «El hecho de que uno de los principales líderes talibán haya sido apresado aquí, en Pakistán y que, además, sea un operativo entre EEUU y Pakistán es algo inusual y sin precedentes», consideró en declaraciones a la cadena qatarí Al Jazeera.

En su opinión, aunque la información fuera cierta, no tendría mayor incidencia porque «los talibán no son una organización monolítica. No creo que su captura vaya a mermar su capacidad para resistir el ataque de los estadounidenses».

La ofensiva de la OTAN se cobra la vida de otros tres civiles, atrapados entre dos fuegos

La ofensiva de la OTAN en Marjah se cobró ayer la vida de otros tres civiles en tres incidentes separados. En un comunicado, la ISAF, bajo mandato de la OTAN, indicó que fallecieron «accidentalmente» en distintos puntos del distrito de Nad Ali, en la provincia de Helmand.

Alegó que una de las víctimas no obedeció las órdenes y señales de detenerse de las tropas, por lo que éstas abrieron fuego. Otras dos personas perdieron la vida cuando se vieron atrapadas en medio de los combates entre las fuerzas ocupantes milicianos talibán. El domingo, doce civiles, la mitad niños, fallecieron por un culpa de un misil que, supuestamente, se desvió. La OTAN se vio forzada a admitir el error y el presidente afgano, Hamid Karzai, ordenó la apertura de una investigación.

Aunque la cifra oficial de civiles muertos es de quince, grupos de derechos humanos afganos denunciaron que ya son veinte. «Al menos cuatro murieron cuando salieron de sus casas. Sus cuerpos aún están en la calle a la espera de que alguien los recoja. Ningún vecino se atreve a salir por miedo a ser tiroteados», declaró Ajmal Samadi, director del Afghan Rights Monitor.

Al menos 1.240 familias han huido por los combates, según las autoridades de la provincia de Helmand. La mayoría se ha alojado con familiares y amigos, ya que el gobernador, Daud Ahmadi, no ha dado permiso para instalar campamentos para que «no se conviertan en algo permanente.

Por su parte, Sam Zarifi, director de Amnistía Internacional para Asia-Pacífico, elevó el número de desplazados a 10.000 y advirtió de que «miles más están atrapados entre dos fuegos. Este año pueden producirse los combates más duros vistos hasta hora». Recordó que «el año pasado la guerra ya causó más de 2.400 bajas civiles, la cifra más alta desde 2001». GARA

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