El presidente de de Confebask, Miguel Lazpiur, pasó ayer por el Fórum Europa-Tribuna Euskadi para situar a la economía vasca ante el «escenario post-crisis». Opinó que «lo peor parece haber pasado ya», aunque puntualizó a renglón seguido que «haber tocado fondo no significa que la crisis haya acabado. Lo notaremos, sobre todo, en el empleo». El discurso de Lazpiur giró por las mismas premisas que la patronal española ha puesto sobre la mesa para conseguir una reforma laboral que encarrile una mayor flexibilidad laboral para construir «el país del futuro», pero que hasta la fecha se ha demostrado que no es válida. Confebask hace recaer sobre las espaldas de los trabajadores las consecuencias de la crisis: paro, precariedad y despidos más baratos y fáciles. A cambio, Lazpiur sostuvo que «las entidades financieras deberán ponerse al servicio de la recuperación económica y de la consecución del futuro. Si han sido parte de la crisis, ahora tienen que serlo de su superación, entre otras cosas, porque también les compete e interesa».

Instó a que los fondos públicos que se dedicaron al sistema financiero para «salvaguardar la situación, no tengan por único destino sanear los maltrechos balances de la banca, sino que también reviertan en las empresas y las familias a través de un crédito suficiente en disponibilidad y cuantía». Ningún organismo estatal ni supraestatal ha logrado hacer cambiar el rumbo a las entidades financieras hasta la fecha. Es poco probable que Confebask lo consiga.

Como lo sabe, Miguel Lazpiur entró de lleno en la necesidad de llevar adelante la reforma laboral, que fue un tema que agradó más a los empresarios y sindicalistas presentes. A su juicio, «la competitividad, la internacionalización y la innovación» son tres elementos sustantivos con los que los empresarios vascos van a tener que enfrentarse a la competencia de China, India, Rusia y Brasil, además de los países de la UE del Este. Para ello, pidió terminar con «la rigidez de nuestro sistema laboral», sobre la que dijo que es «la causa, por ejemplo, de que en esta crisis hayamos destruido más empleo que otros países que han tenido descensos del PIB», y puso el ejemplo de que el 36,4% de los jóvenes están en paro.

La patronal trata de llevar el agua a su molino argumental. Pero quienes despiden son los empresarios. Alemania y otros estados de la Unión Europea han tenido caídas importantes del PIB, pero han destruido menos empleo debido a que la temporalidad en esos países en muy inferior a la precariedad del mercado laboral vasco y español. La clave está ahí. En un año, en Hego Euskal Herria se han destruido casi 60.000 empleos y han aumentado en 42.000 las personas que han ingresado en el desempleo. De rigidez, nada.

A juicio del presidente de la patronal vasca se debe ir a un modelo «de mayor flexibilidad que permita, por ejemplo, el equilibrio entre las necesidades de competitividad empresarial y las de la conciliación de la vida personal y laboral». Son los empresarios los que impiden la conciliación de la vida laboral y familia.

Otro ejemplo de que no es un mercado laboral rígido es el incremento de los expedientes de regulación de empleo. Ayer se conocieron los datos cerrados del Ministerio español de Trabajo e Inmigración, que indican que en 2009 en Hego Euskal Herria 106.395 trabajadores resultaron afectados por los ERE, un 346,41% más que un año antes, y superior a los de 1994 con la anterior crisis económica. Se produjeron 4.898 despidos por EREs, lo que significa un 61,2% más que en 2008.

En su discurso llamó a la internacionalización de las empresas y de la confluencia de pymes para competir. Entre 1993 hasta setiembre de 2009 las empresas vascas han invertido fuera del Estado español 71.047,3 millones y Hego Euskal Herria ha recibido inversiones sólo por valor de 13.952, 2 millones. Tampoco esa es la razón de la crisis. Y si hablamos de I+D, en 2008 Hego Euskal Herria alcanzó la media europea, aunque lejos de los punteros. Es decir, esfuerzos hay que hacer en todos los campos para estar «preparados al nuevo escenario, que no sería igual al actual», pero el principal problema nos conduce a la elevada precariedad laboral.

Reforma tras reforma se ha profundizado en esa vía. Y Confebask quiere seguir por ese camino para que los empresarios acumulen beneficios. En 15 años, crecieron por encima del 325% y los salarios reales de los trabajadores cayeron en ese largo período de bonanza para la élite.