El acuerdo alcanzado entre la Autoridad Portuaria de Pasaia (APP), la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno de Lakua para restaurar la draga Jaizkibel pone fin a más de dos décadas de desacuerdos y litigios. En la rueda de prensa ofrecida ayer por el presidente de la APP, Miguel Buen; la diputada de Cultura y Euskara, María Jesús Aranburu; y el viceconsejero de Cultura de Lakua, Antonio Rivera, confirmaron que «este proyecto pone fin a veinticinco años de desavenencias y disputas entre las tres entidades, y termina con final feliz la historia de los cincuenta años de ejercicio de la draga Jaizkibel, una embarcación vital, gracias a la cual el puerto de Pasaia funcionó como tal».

Jaizkibel fue construida en los astilleros Euskalduna de Bilbo en 1933. La grada, de 60 metros de eslora, tenía como función excavar los fondos del puerto a la vez que extraía los sólidos excavados. Es además, uno de los pocos testimonios de patrimonio marítimo portuario que ha sobrevivido al tiempo. Los trabajos para su recuperación tienen un presupuesto de 428.ooo euros, la mitad a cargo de la propia Autoridad Portuaria, mientras que el resto lo pagarán a partes iguales Lakua y la Diputación.

Preguntados sobre el retraso en la recuperación de la draga, los representantes institucionales eludieron hablar sobre los motivos. «No hay que buscar responsabilidades, porque así no se soluciona nada. La situación era la que era, y lo realmente importante es que podemos hablar de un acuerdo para recuperar por fin la draga» sentenció Miguel Buen. Recordó que, en 1992, el puerto de Pasaia lo gestionaba la Junta del Puerto, y que su intención respecto a la draga era su desguace, aunque al final se consensuó algo «más razonable» al aprobarse un decreto que evitó su destrucción. «Hubo un impasse en las negociaciones -explicó-, y hubo idas y venidas sin llegar a conclusión alguna, mientras que con el paso del tiempo Jaizkibel se deterioraba».

Y es que la draga, que hoy en día «es un montón de chatarra» tal y como lo reconoció el mismo Buen, dejó de utilizarse en 1984, y desde entonces está anclada en el mar, oxidada y totalmente abandonada. En este sentido, Aranburu recalcó la importancia de recuperar elementos como Jaizkibel, ya que «estamos acostumbrados a restaurar ermitas, iglesias o basílicas, pero no, en cambio, elementos de otros sectores, como el marítimo». Añadió que la draga entra dentro del mundo de la cultura marítima de este país, sobre todo en Gipuzkoa, en pueblos costeros como Getaria, Zarautz o Mutriku. El viceconcejero de Cultura también se refirió a la historia de Euskal Herria, «una sociedad industrial en los orígenes», a pesar del crecimiento del sector de los servicios. «Esta restauración es, en definitiva la recuperación del patrimonio, que permitirá un aprendizaje interesante».

Astillero remozado

Además, Buen anunció que 28.000 euros del presupuesto total serán destinados para reparar el carro utilizado para la botadura de buques desde el astillero de Ondartxo, en Pasai San Pedro; astillero que durante muchos años perteneció a la empresa Azkorreta y que la APP ha cedido a la Diputación de Gipuzkoa para que instale en ese lugar el Centro de Conservación de Patrimonio Naval.

Un centro que próximamente -concretamente, la semana próxima- será presentado públicamente. Durante estos días se están realizando los últimos trabajos para el acondicionamiento de lo que, por un lado, albergará a los barcos restaurados por Diputación y, por otro, al taller donde se trasladará el astillero tradicional Ontziola, donde la asociación cultural Albaola realiza trabajos de conservación de nuestro patrimonio marítimo. Su último proyecto, por ejemplo, ha sido la expedición a Canadá «Apaizac Obeto», utilizando una réplica de la txalupa ballenera del siglo XVIconstruida en el mismo Ontziola. Albaola estudia no abandonar el taller actual situado en el casco viejo de Pasai Donibane.