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La previsión de vientos huracanados para hoy invita a quedarse en casa

Alerta roja para Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, naranja para Nafarroa y amarilla para Ipar Euskal Herria. Y todo por la ciclogénesis explosiva que se comenzó a formar ayer tarde a la altura de las islas Madeira y que hasta este mediodía no se sabrá el grado de intensidad con el que llegará aquí. Será, en cualquier caso, a partir de media tarde y lo peor, de darse, llegará a la noche. Las instituciones han pedido a la ciudadanía de las zonas más afectadas que se quede en casa.

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Joseba VIVANCO

«Una bomba meteorológica barrerá la Península», «España se prepara para la `tormenta perfecta'», «Llega la `borrasca perfecta'», «Prepárese: este fin de semana llega la `ciclogénesis explosiva'», son algunos de los titulares periodísticos que ayer podían leerse. ¿Información o alarmismo? Una delgada línea los separa. Pero por si las previsiones aciertan con esos vaticinios, las autoridades, empezando por el Departamento de Interior de Lakua, ya han pedido a la ciudadanía que este sábado se quede, directamente, en casa. El propio alcalde de Gasteiz, Patxi Lazcoz, emplazó ayer a los gasteiztarras a que a partir de las 21.00 de esta próxima noche no pongan un pie en la calle.

En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, el panorama para hoy es el mismo: prácticamente todas las citas deportivas tanto al aire libre como en interiores, suspendidas desde las 15.00; invitación a mercados y ferias, posponerlos para mejor ocasión; parques y zonas de ocio con arbolado, cerradas; actividades culturales y festivas, suspendidas; paseos marítimos, con el cartel colgado de «prohibido el paso»; establecimientos hosteleros y servicios a pie de playa, con medidas de seguridad; recomendaciones de no salir al monte ni hacerse a la mar... En Nafarroa, los vientos podrían soplar hasta 90 km/h, de ahí que la alerta se rebaje a naranja, y en Ipar Euskal Herria la vigilancia es moderada y se queda en amarilla, aunque es sólo hasta las 16.00 de hoy.

Los consejos y medidas se han multiplicado para afrontar la ciclogénesis explosiva o borrasca profunda que, proveniente del occidente cantábrico, nos alcanza este sábado. «Dedicar la tarde y noche del sábado a estar en casa, en familia o con los amigos, viendo una película o el fútbol», aconsejó ayer el viceconsejero de Interior de Lakua, Raúl Fernández Arroiabe.

El jueves fue el aperitivo de lo que puede venir, con rachas de viento de hasta 139 km/h en la cima del monte Oiz y de 143 km/h en las zonas más altas de Karrantza, sin olvidar los sorprendentes 105 km/h de la capital alavesa, cuyo récord es de 115 y data de 1984.

Para este sábado se espera el plato fuerte, sobre todo a partir de la tarde, y, sin tiempo para la digestión, el postre puede llegar de madrugada. Viento generalizado por encima de los 100 km/h y rachas que pueden sobrepasar los 150 en las zonas expuestas. Toda precaución parece poca, aunque se trate de un fenómeno meteorológico que no es desconocido.

«Este tipo de fenómenos ocurren varias veces casi todos los años», comenta Joseba Areitio, presidente de la asociación meteorológica Amillena. En enero de 2009 ya tuvimos la visita de Klauss, que nos descubrió a la mayoría qué era eso de una `ciclogénesis explosiva'. Pero antes fue el temporal de diciembre de 1978, el paso del ciclón extratropical Hortensia en octubre de 1984, o la borrasca Martin a finales de 1999 que cruzó el Cantábrico sólo 24 horas después de su «hermana» Lothar.

Fenómeno muy impreciso

Es un fenómeno rápido y no resulta nada fácil acertar por dónde saldrá. «La predicción de este tipo de situaciones tan particulares puede variar con el paso de las horas, y los efectos en el tiempo pueden ser notables: que el núcleo de la depresión pase 100 kilómetros al norte o al sur de la situación prevista, o que ésta sea un poco más o menos profunda de lo previsto, origina que el temporal pasa de ser muy duro a nada destacable». Y ayer ni siquiera se sabía con certeza si nos llegaría desde tierra o desde el mar.

Lo cierto es que no será hasta hoy cuando sepamos la intensidad de este temporal de viento. El viceconsejero de Interior lo resumió ayer al defender que las administraciones se ponen «en el peor de los escenarios posibles». Y ésos pasan por vientos de más de 140 km/h, pero que en caso de que la tormenta se desvíe bajarían a una velocidad de unos 100 km/h.

Prueba de esa incertidumbre es que no será hasta mediodía de hoy cuando se pueda barruntar la dirección de la borrasca y hasta las 16.00 cuando la Mesa de Crisis se reúna de nuevo en Bilbo para constatar su evolución. Quizá por esa incertidumbre, Fernández Arroiabe emplazó igualmente a no alarmar más de lo necesario y «ponderar las informaciones» sobre el viento.

«Kazatormentas», atentos

Así las cosas, todo son previsiones. El Puerto de Bilbao ha decidido situar en alta mar a los barcos que están atracados en los muelles de la zona de Punta Lucero y de las dársenas. Por su parte, la cofradía de pescadores de Bermeo no trasladará sus barcos al puerto bilbaino como sucediera en el episodio de ciclogénesis explosiva de hace un año. De esta forma, los pesqueros permanecerán amarrados en el puerto bermeano como estaba previsto, ya que al estar inmersos en la temporada del verdel, no salen a faenar el fin de semana.

Este fin de semana también se reforzarán los servicios de Ertzaintza, bomberos, Osakidetza y de voluntarios, al tiempo que se ha transmitido a las diputaciones forales que refuercen los servicios de limpieza de las carreteras ante posibles caídas de árboles u otros objetos, y se comprobará la instalación de andamios y grúas en obras.

Mucho anuncio preventivo y mitigador de posibles daños, como se ve, que habrá que compaginar con el interés que tengan muchos ciudadanos por seguir en directo la evolución del viento. Como los «kazatormentas», que con su cámara fotográfica esperarán a captar las mejores imágenes. No obstante, esta borrasca no parece la ideal para retratar. «Fotogénicamente hablando, al ser viento, no dará mucho. Hasta que llegue no lo podremos saber. Irá todo hora a hora, sobre la marcha», comenta Sebastián Vizoso, quien opina que «va a depender mucho de por dónde pase el centro de la borrasca y dependerá mucho de si es viento sur o norte. Si rola a noroeste, entonces tendremos temporal de mar y será más vistoso».

Por cierto, la borrasca ya ha sido bautizada: se llama Xynthia.

ANCIANO HERIDO

Un anciano de 85 años sufrió fractura craneal ayer en Gasteiz al caerle una teja derribada por el viento. Es el mayor percance producido hasta ahora, junto al corte de electricidad en Zornotza y a un incendio en Lemoa.

Oleaje, sí o no

El jueves, Margarita Martín, de Aemet, vaticinaba olas máximas de hasta 16 metros. Ayer, Santiago Gaztelumendi, de Euskalmet, habló de que el oleaje no será excesivo. Es un ejemplo de la dificultad que tiene pronosticar este fenómeno.

SIN DEPORTES

Parques y jardines de muchos pueblos y ciudades estarán vetados al público este fin de semana, y en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa apenas habrá competiciones deportivas al aire libre hoy por la tarde.

En las dos últimas décadas, sólo en tres ocasiones se superaron en Igeldo los 140 km/h

Los vientos que se anuncian para esta tarde-noche pueden superar los 140 km/h en zonas expuestas y quién sabe si también en el litoral. Incluso en caso de darse la peor situación, algunas rachas podrían alcanzar los 200 km/h. Este invierno está resultando, además de frío, muy ventoso, y esta ciclogénesis explosiva puede ser la guinda. Los vientos por encima de 140 km/h -no sostenidos, sino rachas- no son muy habituales en Euskal Herria en zonas que no sean cimas de montaña. Lo podemos ver si nos fijamos en los datos que arroja el observatorio meteorológico de Igeldo, a 252 metros de altura y en funcionamiento desde 1940. La última vez que se superaron allí los 140 km/h fue en 2007, la única ocasión, por otra parte, de la pasada década. En la de los noventa fueron dos veces. Pero lo llamativo es que en la década de los ochenta se contabilizaron 9 veces, fueron 7 en los setenta, otras 9 en los sesenta, 4 en los cincuenta y nada menos que 10 veces en los cuarenta.

Precisamente, un hito en la cima de Igeldo fueron los 187 km/h alcanzados el 15 de enero de 1975. Porque si registrar aquí vientos por encima de 140 km/h no es fácil, qué decir de llegar a superar los 170. Pues también se han superado. Desde 1941 en Igeldo ha ocurrido en nueve ocasiones, la última en 1984. Pero en el faro de Matxitxako, por ejemplo, se registró el récord oficial de racha de viento en Euskal Herria (193 km/h), el 24 de enero de 2009, durante el paso de la anterior ciclogénesis explosiva a la que se bautizó como Klauss.

Hay estudios que miden los periodos de retorno en que se pueden registrar vientos de velocidades tan altas. Existe uno para Santander, según el cual, cada 15 años se puede esperar rachas de 150 km/h, cada 50 años para poder medir hasta 170 km/h y todo un siglo para «cazar» rachas de más de 185.

Son muchos los temporales que podemos recordar y que han azotado con fuerza nuestro país en las últimas décadas. Pero en la memoria meteorológica queda, sin duda, el huracán del 14-15 de febrero de 1941. En Donostia el viento sopló a 180 km/h; en Gasteiz, a 103. Los daños fueron numerosos. Si hacemos caso a esos periodos de retorno, lo positivo es que no volveremos a vivir algo así, al menos, hasta casi mediados del presente siglo. J.V.

Un «balón» golpeado en las Madeira y que gira hasta llegar aquí

«Para entenderlo graficamente, el efecto del chorro de aire frío sobre la pequeña depresión es el equivalente a dar una patada en su extremo a un balón de fútbol. Le imprimimos efecto y empieza girar rápidamente. Posteriormente, los vientos de la alta atmósfera guiarán a esta depresión, y en este caso será hacia nuestro territorio», trata de ilustrar Joseba Areitio, de Amillena. En este caso, en las cercanías de Madeira se gestó ayer, a primera hora de la tarde, el inicio de esa ciclogénesis explosiva, al interaccionar una masa de aire polar con una masa de aire tropical, generando un ciclón extratropical, que subirá por Galicia, recorrerá el Cantábrico y se despedirá de nosotros hacia el Estado francés. Y todo con excesiva rapidez. Tanta que los modelos meteorológicos que se actualizan cada seis horas están cambiando sus previsiones esta semana con cada nuevo parte que ofrecen y así será también durante este sábado. A mediodía de hoy se sabrá más o menos cómo llegará hasta nosotros. Atentos. J.V.

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