Ecologistas critican las posturas de la Diputación vizcaina y EHNE con el lobo
El Grupo Lobo Euskadi, la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel) y Ekologistak Martxan criticaron ayer la postura que mantienen la Diputación vizcaina y el sindicato EHNE respecto a los últimos ataques protagonizados por lobos en Karrantza.Agustín GOIKOETXEA |
El 22 de febrero se produjo el último ataque del lobo en Bizkaia, en el que cinco ovejas murieron, un número similar sufrió mordeduras graves y siete desaparecieron de una explotación ganadera del barrio Aldacueva de Karrantza. Con él, según el sindicato agraganadero EHNE, ya eran quince los animales muertos, contabilizadas las bajas en anteriores episodios en los barrios karrantzarras de San Crispán, el 5 de enero; en Bollain -cerca del parque del Karpin, en el paraje de Jordenal-, el 16 de enero; en El Cerro, en el barrio de Santecilla, al día siguiente; en el barrio de Bernales, el 23 de enero; en La Cabada, próximo al barrio Pando, el 25 de enero; y en Matienzo, el 30 de enero.
A raíz de este último ataque en la zona baja del valle vizcaino -al que siguieron en febrero otros en El Pico, La Retura y Aldecueva- EHNE propuso un plan de gestión del lobo a nivel de la Península Ibérica en el que se declaren zonas de exclusión para esta especie en Hego Euskal Herria, al estimar que su presencia «es imposible compatibilizarla con la ganadería extensiva». Los colectivos que defienden al predador lo rechazan, argumentando que son los ganaderos los que deben evolucionar y prevenir los ataques. «Los lobos no atacan rebaños con pastor», advirtieron.
«La naturaleza no se puede gestionar por intereses económicos», subrayó Andrés Illana, de Ekologistak Martxan, que añadió que el lobo forma parte de la biodiversidad que se dice defender por una mayoría social e institucional. Además, aclaro que las zonas de exclusión que se plantean no se ajustan a la legalidad española y comunitaria vigente, ya que es una «especie casi amenazada».
Las asociaciones conservacionistas abogan por un plan penínsular para esta especie, ya que los ejemplares de lobos que hay en Araba y Bizkaia se integran en una población noroccidental ibérica, que aglutina a los lobos portugueses, gallegos, asturianos, leoneses y castellanos. «La responsabilidad de cualquier administración es la de velar por conseguir poblaciones estables y viables a largo plazo en su ámbito de actuación», defendieron.
«Las administraciones vascas tienen la obligatoriedad de promover la recuperación de las poblaciones de lobos y no fomentar zonas de exterminio, como algunos pretende», manifestaron. Illana citó, como ejemplo, que la Diputación alavesa está a punto de presentar -auguró que para junio- su plan de gestión, iniciativa que rechaza la vizcaina. Ayer, precisamente, la responsable foral de Agricultura, la jeltzale Irene Pardo, reiteró en una comisión de las Juntas Generales que, según los datos que poseen, no existe un asentamiento del predador en Bizkaia, sino «tres o cuatro ejemplares» autores de los últimos ataques en Karrantza, uno de ellos atropellado.
Pardo sí apostó por que la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA) aumente las primas por pérdida de ganado debido a las incursiones de los lobos en los rebaños. La institución foral, tal y como informó hace una semana, ha intensificado la vigilancia en Karrantza para detectar la presencia de estos animales, con rastreos a cargos de los guardas forestales.
Los ecologistas, por su parte, consideran que en los montes de la CAV hay una abundancia de presas silvestres que puedan alimentar a los lobos, «su único controlador y regulador natural, por cierto». Illana, por ejemplo, recordó los 622 jabalíes y 284 corzos que se cazaron en la temporada 2008-2009 en Gipuzkoa, a los más de 400 ciervos abatidos en los dos últimos años en el macizo de Gorbeia. En Araba, en 2009, se permitió la caza de 622 corzos y 1.924 jabalíes.
Jorge Echegaray, de Ascel, resaltó la interacción que existe entre las especies e insistió en que «no existen soluciones mágicas, por lo que los ganaderos tienen que apostar por la prevención y por pastorear». Asimismo, trataron de desmontar la idea de que el lobo es conflictivo, ya que afecta al 2,7% de las explotaciones ganaderas y al 0,44% de la cabaña ganadera en las zonas loberas alavesas. «El promedio anual de ataques por ganadero afectado es de 2,2 y el número medio de reses afectadas -muertas, heridas y desaparecidas- por ganadero es de 6,3. Resulta difícil entender el tremendismo», comentaron.
Los grupos ecologistas anunciaron que pedirán a la UE la cancelación de los más de 47 millones de euros de ayudas al agro si se declara Hego Euskal Herria zona de exclusión para una especie de interés comunitario, como es el lobo.
La Diputación vizcaina tiene contabilizados diez ataques a ganado ovino de supuestos lobos en 2010 en los barrios karrantzarras de San Crispán, Bollain, Santecilla, Bernales, Pando, Matienzo, El Pico, La Retura y Aldecueva.