Hacia la alarma perfecta y permanente
Txisko FERNÁNDEZ Periodista
Vaya por delante que hay que asumir que las predicciones meteorológicas no son perfectas -son modelos teóricos, basados en la experiencia y en métodos científicos, pero no infalibles- y que es deber de las instituciones poner todo su empeño en la prevención para luego no lamentar hechos que, en la medida de lo posible, podrían haberse evitado.
Ahora bien, en los últimos tiempos, la prevención ante fenómenos naturales, como un temporal o una nevada, parece que está siendo guiada por políticos que o conocen muy poco la meteorología de Euskal Herria, o que se dejan llevar por esa especie de «estupidez total» hacia la que están derivando los medios de comunicación españoles, a cuya ola se han subido los espacios «informativos» de EITB, con más ahínco, si cabe, desde que Alberto Surio fue colocado al frente del ente por el Gobierno de Lakua.
Si no fuera así, por esa combinación de amarillismo periodístico (?) y falta de atención a los expertos, sería muy difícil entender qué es lo que llevó a la Mesa de Crisis de Lakua a suspender el transporte público a partir de la media tarde del sábado en zonas metropolitanas y a aconsejar a la ciudadanía que no saliera de casa, cuando, por ejemplo, ayer «El Correo» tituló que en «Bilbao: ni rastro de `Xynthia'».
No se trata de minimizar el impacto que tuvo el vendaval en zonas concretas de nuestro país. Pero el pronóstico que el sábado estaba colgado en la web de Euskalmet no hablaba ni de huracán ni de «tormenta perfecta» ni de explosiones de ningún tipo, sino de que «el viento seguirá soplando con fuerza inusitada» y de que «las rachas más fuertes se esperan en zonas de montaña y en costa, en el litoral sobre todo al final del día, cuando el viento tienda a ser del oeste, pero será muy notable en toda la región»». Y en los espacios meteorológicos de ETB se animaba a usar el sentido común, sin alarmar.
En cambio, veamos estos dos ejemplos: el diario «Público» afirmó en su primera que «La `bomba meteorológica' sacude España» ¡en su edición del sábado!, mientras que ayer no le dejó ni un pequeño hueco; y «El Mundo», ayer, poco menos que anunció el apocalipsis: «La rebelión global de la Naturaleza» era su principal titular, bajo el cual englobaba, sin el menor escrúpulo, el terremoto de Chile, la «borrasca perfecta» y las inundaciones en Andalucía.
¿Prevención, alarma o estupidez total?