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CRÓNICA Empresas del puerto de Bilbo

«A los estibadores no nos protegían del amianto»

Todavía se descargan residuos con amianto en las instalaciones de la Autoridad Portuaria de Bilbao. En el juicio, celebrado ayer, se reconoció que las empresas de estiba y desestiba no equipaban a los trabajadores con medidas de protección adecuadas, a pesar de que el amianto llegaba en fardos sin aislar de forma adecuada. El trabajador José María Asenjo arenas falleció en 2008 por un cáncer.

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Juanjo BASTERRA

Un informe de Osalan confirma que entre 1960 a 1985 por mar entraron en el Puerto de Bilbo más de 12.000 toneladas de amianto. De hecho, en los últimos años están entrando cantidades importantes para el momento actual, cuando ese mineral cancerígeno está prohibido. ELA denunció hace un año que el amianto llegaba por mar, sin aislar correctamente y sin que los trabajadores que estaban en su contacto, en muchas ocasiones lo conocieran. Entonces, responsables de la Autoridad Portuaria de Bilbao reconocieron que entraba amianto, en cantidades inferiores a las del período de los 25 años, de 1960 a 1985, pero alcanzaban por encima de las 200 toneladas en los últimos años.

Los familiares de José María Asenjo Arenas, que falleció en febrero de 2008, presentaron una reclamación de indemnización por daños y perjuicios contra varias empresas del Puerto de Bilbo, por un valor total de 140.000 euros. La demanda se vio ayer en el Juzgado de Lo Social de Bizkaia. A la vista sólo se presentaron Feresa, donde el trabajador estuvo durante casi dos meses, y la sociedad estatal de Estiba y Desestiba. No acudió la empresa Disa, que importó amianto, y su antecesora Dunlop Ibérica, ni Naviera Peninsular. El fallecido por un mesotelioma pleural, originado por su actividad profesional, como lo reconoció la Seguridad Social y Osalan, trabajó en esta empresa y para la Sociedad estatal de Estiba y Desestiba de forma habitual a lo largo de su vida laboral, desde los catorce años.

Mientras que el abogado de Feresa trató de demostrar que el escaso margen de tiempo para el que trabajó José María Asenjo no fue suficiente para haber contraído el cáncer, el representante legal de la Sociedad estatal de Estiba y Desestiba intentó evitar responsabilidades indicando que esa compañía cede trabajadores y deben ser las empresas que los subcontratan quienes les aporten las medidas oportunas de seguridad y de protección, dado que, incluso, el abogado de Feresa tuvo la osadía en varios momentos de indicar que la evidencia científica no conocía los efectos malignos del amianto en 1975. Incluso el Tribunal Supremo reconoce que es a mediados de los años cuarenta del siglo pasado cuando se constatan los peligros de ese mineral, aunque en otro países como Gran Bretaña se conocían desde inicios del siglo.

sin protección

Sin embargo, los dos testigos de la defensa de José María Asenjo confirmaron que han trabajado con amianto: que nadie les dijo nada sobre la peligrosidad del mineral para la salud, ni tampoco que hubiese de medidas de seguridad para los trabajadores para evitar la inhalación de las fibras del amianto.

Casimiro Debadillo, compañero de José María Asenjo, en el Canal de Deusto explicó que «cada uno de nosotros, dependiendo de la categoría, realizábamos trabajos de carga y descarga en cualquier buque». Reconoció que el amianto «llegaba varias veces a la semana en fardos en las bodegas de los barcos o en contenedores sin cerrar». Indicó que entre cuatro y seis años estuvieron descargando esos fardos «sin aislar adecuadamente». Tampoco nadie les informó de la necesidad de protegerse ni les realizaban exámenes médicos específicos por trabajar con ese mineral cancerígeno. Luis Alberto Pérez recordó que trabajó en el Canal de Deusto y después lo hace en el puerto de Santurtzi. «En 1996 en varias ocasiones he visto que se cargaban parte de la maquinaria de AHV de Ansio recubierto de amianto que se enviaba a Bangladesh o India», pero a la vez al puerto llega «bastante chatarra con amianto». En este sentido, recordó que hace un año interpusieron una denuncia por la existencia de amianto, pero «a los estibadores no nos protegen contra ese mineral».

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