Los presos preventivos islamistas marroquíes encarcelados en Salé, en las inmediaciones de Rabat, comenzaron el pasado martes una nueva huelga de hambre para denunciar la dispersión y las condiciones de vida que padecen, según informaron a GARA desde el interior de las cárceles marroquíes.

«Reclaman que se les lleve a prisiones situadas más cerca del domicilio de sus familias, tal y como recoge el Código Penal marroquí», explicaron.

Junto a ello, destacaron que la comida y la asistencia médica son extremadamente deficientes, lo que ha provocado que se propaguen las enfermedades desde hace tiempo. Asimismo, los presos islamistas no tienen posibilidad de mantener encuentros íntimos con sus mujeres desde hace más de tres años.

El pásado sábado, el preso Abdulmullah Habih tuvo que ser ingresado en un hospital de Rabat por problemas de salud generados por la huelga de hambre.

Los presos islamistas destacan que el Gobierno marroquí les ha hecho muchas promesas, pero que nunca ha cumplido su palabra. «Llevamos así más de tres años, que es el tiempo que estamos en prisión sin haber sido juzgados. No aguantamos más», denunciaron.

Las huelgas de hambre de los presos islamistas se repiten con frecuencia en Marruecos. La última de ellas se registró en diciembre de 2009 y participaron más de 500 presos.