En una entrevista concedida al periódico «El País», el ciclista estadounidense Lance Armstrong habla sobre el presente, su estado de forma y sobre el futuro.

El siete veces campeón del Tour reconoce que no se siente superior al resto del pelotón. «Antes sólo hablaba con ocho muchachos, mis muchachos. Y les decía a esos ocho que no hablaran con nadie durante las tres semanas del Tour. Así que mi conexión con el ciclismo es mejor ahora que antes. De una manera extraña, ahora me preocupa más el deporte», reconoce Armstrong.

Preguntado por si cree que en el pelotón se le respeta o más bien se le teme, el ciclista afirma que «sé que en los viejos tiempos me temían y quizá ahora me respetan. Hay jóvenes ciclistas que se me acercan y me piden, muy educados, si pueden hacerse una foto conmigo. Me hacen sentir viejo».

En su vuelta a la carretera la temporada pasada tras más de tres años fuera de la competición, Armstrong no pudo lograr su octavo Tour, algo que «no es esencial. No lo necesito especialmente. Sólo como una recompensa a un trabajo duro. Pero, honradamente, no hay diferencia entre ganar siete u ocho. El próximo Tour será una gran historia: la rivalidad con Alberto (Contador), lo que sucedió el año pasado... Eso será bueno para el Tour, pero no cambiará mi vida ganarlo o no, ni la vida de mis hijos».

El americano no obtuvo un mal puesto en el Tour, ya que finalizó la prueba como tercer clasificado, por detrás de Andy Schleck y su ex compañero en Astana y vencedor de la última edición, Alberto Contador.

«Mi recuerdo de aquel tercer puesto es de alivio, de sentirme agradecido porque todo se acabó y de tener ganas de volver a casa. Son tres semanas de tanto agobio, tanta presión... Alberto fue el mejor del Tour y, para mí, fue lógico y honorable que él estuviera en lo más alto. Yo no estaba celoso, enfadado, amargado... Nada de eso. Él fue el mejor», recalca.

Por último, el tejano reconoce que decidirá su futuro «tras el Tour» porque «lo más duro es mi familia. Los echo mucho de menos». GARA