La Real Sociedad sólo ha perdido en una ocasión en El Helmántico en los últimos 35 años. Fue concretamente hace dos temporadas, cuando en el partido en el que debutaba como presidente Iñaki Badiola, la escuadra txuri urdin cayó por un ajustado 3-2.

Fue la excepción que confirmó la regla de que al conjunto guipuzcoano siempre se le ha dado bien cuando se ha desplazado a tierras salmantinas. El bagaje es demoledor: seis triunfos y siete empates en los otros trece choques en los que se han medido ambos equipos.

La favorable estadística gana todavía más terreno si tenemos en cuenta la actual trayectoria de los dos conjuntos. El Salamanca acumula más derrotas que victorias en su feudo -seis por cuatro, amén de otros cuatro empates-, mientras que la Real es la tercera mejor escuadra visitante, empatada precisamente con los charros y el Elche, al haber sumado 18 puntos lejos de Anoeta.

Sin embargo, la plantilla dirigida por Martín Lasarte prefiere huir de la frialdad de las matemáticas y la euforia tras superar al Numancia, pues el Salamanca viene de derrotar a domicilio al Nàstic. En este sentido, el capitán Mikel Aranburu prefirió aparcar todo tipo de confianzas, aunque sí que reconoció que el envite reúne «todos los ingredientes» para hacer un buen papel y se mostró convencido de que será una gran oportunidad «para afianzarnos e incluso aumentar la ventaja».

Por contra, un alicaído Carlos Bueno admitió haber estado tocado la semana pasada al no haber sido convocado por la selección uruguaya para el último amistoso. «Mantengo la esperanza de ir al Mundial, hay que pasar página y ahora me toca dar aquí lo mejor de mí», dijo.